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La historia de la autodenominada Nostradamus tailandesavolvió a generar interés en redes sociales. Se trata de Amunnata Lamwanna, más conocida como Ajarn Nong, una vidente que conquistó el continente asiático y cobró más de 50 euros por sesión en su mejor momento.

Para Nong, el ajedrez era más que un juego. La pitonisa empleaba las figuras de los peones, caballos, reyes y reinas como herramientas para predecir el futuro de sus clientes.

En una entrevista para EFE en 2014, compartió su perspectiva: "Cuando las personas juegan ajedrez, están exponiendo su personalidad y su enfoque hacia el porvenir. La pasión con la que se involucran en el juego me brinda la oportunidad de responder a sus interrogantes acerca de su destino".

¿Quién es Ajarn Nong?

Ajarn Nong realizó su primera predicción a los ocho años: logró establecer una conexión entre las cuadrículas de un tablero y una carta astral.

Utilizando las técnicas del Feng Shui como apoyo, Nong afirmó que podía anticipar el futuro de las personas en función de cómo dispusieran las piezas en el tablero de ajedrez.

"La mayoría de las personas que buscan mis servicios están inquietas por problemas legales, asuntos comerciales o consultan sobre posibles ascensos en sus trabajos", aseguró.

¿Cómo funcionaba el innovador método de la Nostradamus tailandesa?

El método de Nong consistía en seleccionar cinco piezas de ajedrez de un cofre y disponerlas en el tablero de manera aleatoria. En cada pregunta, se seleccionaban dos piezas más y se colocaban en el tablero.

El peón representaba a Venus y encarnaba propiedades femeninas y altruistas- Por otro lado, el caballo simbolizaba un carácter difícil de controlar y desconfiado, asociado a los masculino.

El rey, vinculado con Júpiter, exhibía un temperamento frío, calculador y reflexivo, mientras que la reina, representación de Saturno, personificaba la pasión y el impulso.

¿Qué pasó con Ajarn Nong?

A pesar de que no hay novedades sobre Ajarn Nong, en su declaración a EFE había destacado que la videncia dejó de ser lucrativa en Tailandia. Como parte de sus planes a largo plazo, expresó su intención de establecer su propia escuela de clarividencia, bajo el lema de "no engañar a los clientes".