El Parkinson es una enfermedad neurológica progresiva que afecta los movimientos, el sueño, la memoria y otras funciones vitales. Si bien no tiene cura, diagnosticarla a tiempo mejora notablemente la calidad de vida del paciente.
Según la Organización Mundial de la Salud, esta afección se agrava con los años y se produce por la pérdida de neuronas encargadas de generar dopamina, un neurotransmisor esencial para el control de los movimientos.
Las causas exactas aún no se conocen, pero los expertos coinciden en que factores genéticos y ambientales influyen en su aparición.
¿Quiénes están en riesgo de desarrollar Parkinson?
Personas mayores de 60 años (afecta al 1% de esta población)
Varones (hay mayor prevalencia que en mujeres)
Personas con antecedentes familiares
Quienes estuvieron expuestos a pesticidas y herbicidas
Aunque es más común en adultos mayores, el 10% de los casos aparece antes de los 50 años.
Los 10 síntomas tempranos del Parkinson
Detectar los signos de alerta es fundamental. Estos son los síntomas más frecuentes que podrían indicar el inicio de la enfermedad:
Temblor en reposo: especialmente en una mano, dedo o mentón.
Letra pequeña (micrografía): escritura muy pequeña y apretada.
Pérdida del olfato: puede pasar desapercibida pero es clave.
Trastornos del sueño: insomnio o movimientos bruscos al dormir.
Dificultad para caminar o moverse: rigidez, dolor o torpeza.
Estreñimiento y náuseas: el sistema digestivo también se ve afectado.
Voz baja o entrecortada: cambios en la forma de hablar.
Cara sin expresión: falta de gestos o rigidez facial.
Mareos o desmayos: asociados a presión baja.
Postura encorvada: dificultad para mantenerse erguido sin notarlo.
¿Cuándo hay que ir al médico?
Consulta a un neurólogo si notas temblores persistentes, rigidez unilateral o lentitud motriz, especialmente si los síntomas afectan tu día a día.
Otros signos de alerta, como la pérdida del olfato o el sueño REM alterado, pueden aparecer años antes de los síntomas motores, por lo que es importante prestar atención.
El diagnóstico se basa en una evaluación neurológica, y ya no solo se tiene en cuenta el movimiento, sino también síntomas no motores.
Tratamiento y calidad de vida: cómo se puede vivir con Parkinson
Aunque el Parkinson no tiene cura, existen tratamientos que ayudan a mejorar los síntomas y frenar el avance de la enfermedad.
Los especialistas recomiendan un enfoque integral que incluya:
Tratamiento farmacológico personalizado
Terapias físicas y cognitivas
Actividad física regular (el tango, por ejemplo, mejora el equilibrio)
Dieta equilibrada y rutinas saludables
"La clave es un diagnóstico preciso y un tratamiento adaptado a cada paciente", explica el doctor Raschella, especialista en neurología del Hospital Austral.