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Cada día, las mesadas de la cocina acumulan grasa, restos de alimentos y millones de bacterias invisibles. Para limpiar, en muchos hogares se recurre a productos costosos, llenos de componentes químicos que no solo irritan la piel, sino que dejan películas pegajosas difíciles de remover.

Pero hay una solución que viene ganando terreno entre quienes buscan alternativas más saludables y accesibles: se trata del vinagre blanco, un ingrediente barato que probablemente ya tenés en tu alacena.

Lo que hace tan efectivo al vinagre es su composición ácida. Ese pH bajo actúa como un potente antibacterial capaz de arrasar con los microorganismos más comunes que habitan en las superficies donde se preparan alimentos. Al mismo tiempo, corta la grasa de forma natural y elimina esos olores persistentes que quedan después de cocinar pescado, cebolla o ajo.

A diferencia de los sprays comerciales, el vinagre no contiene fragancias artificiales ni sustancias que puedan resultar tóxicas. Sirve para limpiar mesadas de distintos materiales: granito sintético, acero, melamina y hasta superficies laminadas. Y lo mejor: no deja esa sensación resbaladiza que sí dejan muchos productos industriales.

Incluso hay quienes lo utilizan desde una perspectiva energética. Según corrientes como el Feng Shui, limpiar con vinagre ayuda a renovar la atmósfera del hogar, despejando tensiones acumuladas y trayendo una sensación de frescura y equilibrio, especialmente en ambientes tan centrales como la cocina.

El vinagre blanco de alcohol alcanza para realizar la mezcla que limpia todas las superficies.
El vinagre blanco de alcohol alcanza para realizar la mezcla que limpia todas las superficies.

Limpiar con vinagre: ¿por qué cada vez más gente lo elige?

  • Desinfecta sin químicos agresivos
  • Corta la grasa al instante
  • Borra malos olores en lugar de taparlos
  • Deja las superficies con brillo natural
  • Es increíblemente económico
  • No genera impacto ambiental

Limpiar con vinagre: cómo aplicarlo correctamente en tu cocina

Conseguí vinagre blanco común (el de alcohol es ideal porque no tiene color ni olor fuerte). Llenás un pulverizador con mitad de agua y mitad de vinagre. Rociás generosamente sobre toda la mesada. Esperás un par de minutos para que penetre bien. Luego frotás con un paño húmedo haciendo círculos suaves. Por último, secás con un repasador limpio para que quede impecable y sin marcas.

Limpiar con vinagre: ¿con qué frecuencia usarlo?

Podés incorporarlo a tu rutina diaria sin problema. Como no es abrasivo ni corrosivo, es seguro para uso constante. Si en tu casa se cocina mucho, sobre todo carnes o pescados crudos, lo ideal es pasarlo después de cada uso.

Y si tenés mascotas o notás que la cocina retiene humedad, una pasada nocturna con vinagre te va a ayudar a mantener todo fresco, sin bacterias y con ese aroma limpio que tanto se agradece al día siguiente.