El Sol atraviesa ciclos de actividad de unos 11 años. Tras décadas de relativa calma, los científicos detectaron un aumento sostenido en las explosiones de plasma y en la intensidad de sus campos magnéticos, lo que despertó preocupación en la comunidad científica.
Actualmente transitamos el Ciclo Solar 25, iniciado en 2020, marcado por un aumento notable en las tormentas solares. Este fenómeno coincide con el "máximo solar", etapa en la que los polos magnéticos del Sol se invierten y se intensifican las erupciones y eyecciones de masa coronal.
Alerta máxima de la NASA: ¿qué está pasando?
En un comunicado reciente, la NASA advirtió sobre la detección de regiones activas en la superficie solar que giran hacia la Tierra, incluyendo áreas con alto potencial eruptivo. Estas condiciones podrían desencadenar tormentas solares severas en los próximos días, con consecuencias que van desde apagones eléctricos masivos hasta fallos en satélites y sistemas de navegación.
El físico Jamie Jasinski, del Jet Propulsion Laboratory, explicó que "el Sol está despertando lentamente" tras lo que se esperaba fuera una etapa prolongada de baja actividad. Sin embargo, la tendencia se revirtió, y hoy el riesgo de impactos catastróficos es más alto que en décadas.
El actual incremento en la actividad solar se enmarca en el máximo solar del Ciclo 25. Durante esta fase, las erupciones y eyecciones son más frecuentes e intensas, elevando el riesgo de tormentas geomagnéticas severas. Según la NOAA, este patrón podría extenderse hasta 2026, antes de que el Sol entre en una nueva etapa de calma relativa.
¿Qué son las tormentas solares y porqué preocupan?
Las tormentas solares son fenómenos provocados por la liberación de energía del Sol en forma de radiación y partículas cargadas. Estas partículas, impulsadas por erupciones solares y eyecciones de masa coronal, viajan por el espacio y, si alcanzan la Tierra, interactúan con su magnetosfera.
Cuando estas partículas impactan en la magnetosfera terrestre, pueden alterar directamente sistemas tecnológicos claves: redes eléctricas, satélites, comunicaciones por radio y señales GPS. Cuanto mayor es la magnitud de la tormenta, más severas son las consecuencias.
¿Cuáles son las consecuencias de las tormentas solares?
Los especialistas advierten que el clima espacial puede tener un impacto directo sobre la vida en la Tierra. Las tormentas solares extremas podrían provocar:
- Apagones eléctricos masivos en regiones enteras.
- Fallos en satélites de navegación y comunicación.
- Interrupciones en sistemas GPS, afectando transporte aéreo y marítimo.
- Cortes en señales de radio de onda corta, vitales para aeronavegación y servicios de emergencia.
- Auroras boreales y australes en latitudes inusuales, como el norte de Europa o el sur de Sudamérica.
Eventos históricos como el apagón de Quebec en 1989 o el famoso Evento Carrington de 1859 demuestran el poder destructivo de estas tormentas.
¿Qué medidas de prevención y monitoreo tomó la NASA?
Para anticipar y mitigar los efectos del clima espacial, la NASA y la NOAA reforzaron la vigilancia solar mediante misiones como IMAP, el Observatorio Geocorona Carruthers y la misión SWFO-L1, lanzada con cohetes Falcon 9 de SpaceX.
Estas misiones se suman al monitoreo constante que busca anticipar y mitigar los efectos de la actividad solar extrema sobre las comunicaciones, la energía y las futuras misiones espaciales, como el programa Artemis.
Tormentas solares: ¿qué se espera a futuro?
La NASA y la NOAA proyectan que el siguiente ciclo solar, el Ciclo Solar 26, podría comenzar entre 2029 y 2032, aunque aún no hay estimaciones precisas sobre su intensidad. Lo que sí está claro es que la actividad solar seguirá en aumento en los próximos años, incrementando la probabilidad de tormentas capaces de alterar la infraestructura tecnológica global.
La comunidad científica coincide en que estamos frente a un período crítico en el Sol dejó atrás la calma y se prepara para una de sus fases más intensas en décadas.