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Vitel toné, ensalada rusa, asado, pan dulce, confituras, bebidas dulces: los clásicos de las Fiestas vuelven cada año a la mesa y, con ellos, la preocupación (o las consecuencias) por los excesos.

Pero comer mejor en Navidad y Año Nuevo no implica prohibiciones, sino orden, porciones conscientes y algunos criterios simples que permiten disfrutar sin descuidar la salud.

“Elegir con inteligencia”, la clave para evitar excesos en las Fiestas

Para Cecilia Alessandri, nutricionista de Grupo L, “no se trata de prohibir, sino de elegir con inteligencia” dado que, más allá de lo que se come en una noche puntual, lo que marca la diferencia son los hábitos sostenidos en el tiempo.

“Un día no define nuestros hábitos; lo que importa es el promedio de lo que hacemos el resto del año”, sintetiza.

Alimentación consciente en Navidad y Año Nuevo

Para la nutricionista, es clave la “regla del plato consciente" en la que el comensal elige lo que realmente le gusta así como, también, darle prioridad a la calidad de los alimentos antes que la cantidad.

“Comé despacio. El cuerpo tarda en registrar la saciedad; cuando comemos rápido, siempre terminamos comiendo de más”, definió.

La regla del 50-25-25: cómo armar un plato equilibrado en Navidad y Año Nuevo

Para quienes buscan una referencia clara a la hora de servirse, Alessandri propone una fórmula sencilla y fácil de recordar: la regla del 50-25-25, pensada para equilibrar el plato sin resignar los sabores de las Fiestas.

  • 50% del plato con verduras, lo cual aporta volumen, saciedad y color a la mesa”.
  • 25% con el plato tradicional (por ejemplo, vitel toné, asado, matambre o pollo relleno). Se puede comer de todo, pero en porciones más chicas y seleccionadas”.
  • 25% con proteínas magras, que generan saciedad sin exceso calórico”.

El enfoque no apunta a reemplazar los platos clásicos, sino a ordenarlos dentro del plato. A esto se suma la elección de métodos de cocción más livianos —como horno, plancha o parrilla— y la incorporación de frutas frescas, abundantes en esta época del año, como complemento de los postres tradicionales.

Cómo llegar mejor a la cena: la hidratación es clave

Otro de los errores frecuentes durante las Fiestas es llegar a la cena con hambre extrema. Para Alessandri, “llegar con hambre extrema a la hora de la cena es el peor plan nutricional”.

No es recomendable llegar a las comidas festivas sin haber comido en todo el día. Cuando hacemos ayunos prolongados, perdemos el control de las porciones y comemos rápido y de más”, explica.

La hidratación también cumple un rol central durante las celebraciones. “Durante las celebraciones solemos comer más salado y consumir alcohol, que deshidrata fácilmente. Si no tomamos suficiente agua, aparece el cansancio, la hinchazón y los excesos que solemos visualizar —por lo general— al día siguiente”, señala.