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Una hierba que todos pueden comprar ayuda a reducir el riesgo de tener colesterol, presión alta y de padecer cálculos renales. Los médicos y los estudios comprobaron que es ideal para prevenir afecciones.

El riesgo de muerte o de sufrir un ataque cardíaco grave por hipertensión o colesterolemia elevada es muy grande, sobre todo en adultos. Estos síntomas se agravan al combinarse con otros problemas como el sedentarismo y la obesidad.

¿Cuál es el yuyo milenario que ayuda reducir el colesterol y la presión arterial?

Tan simple como de fácil acceso, el perejil regula el colesterol, ayuda a reducir la presión arterial y algunos de sus nutrientes evitan que se generen piedras en el riñón (cálculos renales). Esta hierba tiene propiedades antioxidantes, diuréticas y antiinflamatorias.

De todas formas, siempre se recomienda consultar a un médico de cabecera y realizar tratamientos específicos para enfrentar este tipo de afecciones.

Más aún, hay que tener en cuenta que puede darse otra problemática.

¿Por qué el perejil reduce el colesterol y el riesgo de tener hipertensión?

El sitio portugués Tua Saude explicó que la hierba "posee propiedades diuréticas por lo que ayuda a bajar la presión alta y a combatir la retención de líquidos".

Por otro lado, una de las principales funciones nutritivas del perejil es su alto nivel de potasio. "Este mineral favorece la eliminación de sodio a través de la orina y, además, disminuye la excreción de calcio y proteínas. Así ayuda a prevenir la formación de piedras en los riñones", concluye el informe.

Presión arterial y colesterol, ¿qué hábitos ayudan a evitar estas enfermedades?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una dieta saludable que incluya fibras, frutas y vegetales, sumado a otras variantes alimentarias como un consumo moderado de sal, grasas trans y carnes rojas.

El organismo internacional también informó de otras tres técnicas para evitar la presión y la colesterolemia alta:

  • Deporte: el organismo internacional recomienda hacer entre 150 a 300 minutos de actividad aeróbica por semana en adultos y una hora diaria para niños;
  • No consumir tabaco ni alcohol,
  • Mantener un peso equilibrado. La obesidad es uno de los principales factores de riesgo, según la OMS.