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El acuerdo entre Argentina y Estados Unidos para la compra de cazas F-16 y la autorización para adquirir misiles aire-aire AMRAAM AIM-120C-8 representa un cambio significativo en la defensa aérea sudamericana. Este misil es una "bala de plata" que puede alterar de manera decisiva el equilibrio del poder aéreo regional.

Argentina concretó la compra de un paquete de armamento relacionado con la incorporación de 24 cazas F-16 Fighting Falcon provenientes de Dinamarca. El contrato, valorado en aproximadamente 941 millones de dólares, incluye la adquisición de 36 misiles AMRAAM AIM-120C-8, además de equipos de guía y bombas guiadas.

Esta compra posiciona a la Fuerza Aérea Argentina entre las pocas del continente capaces de operar misiles de combate aire-aire que pueden atacar blancos más allá del alcance visual (BVR, Beyond Visual Range), con una capacidad tecnológica comparable o superior a la de países como Brasil, Chile, Venezuela y Perú.

Qué caracteriza al AIM-120C-8 AMRAAM, la nueva "bala de plata" de Argentina

El AIM-120C-8, producido por la empresa estadounidense Raytheon, es la versión más avanzada del misil AMRAAM destinada a exportación en servicio.

Aunque existen variantes más avanzadas, estas suelen estar reservadas para las fuerzas de Estados Unidos o aliados selectos.

Las características más destacadas del AIM-120-C8 son:

  • Alcance máximo: supera los 160 km en condiciones óptimas, permitiendo a los F-16 atacar objetivos lejanos antes de ser detectados por radares enemigos.
  • Velocidad: puede alcanzar más de Mach 4 (aproximadamente 4,900 km/h), dificultando que el objetivo maniobre para evadir el misil.
  • Guía activa por radar: el misil cuenta con un radar propio para el guiado terminal, lo que le otorga capacidad "fire-and-forget", liberando al piloto para realizar otras acciones tras el lanzamiento.
  • Enlace de datos bidireccional: permite que los misiles reciban actualizaciones en vuelo del avión lanzador, aumentando sus probabilidades de alcanzar blancos que maniobran o intentan evadir.
  • Resistencia electrónica: capaz de "home on jamming", ataca blancos que utilizan contramedidas electrónicas activas.
  • Su cabezal explosivo de fragmentación y sistema de espoleta de proximidad garantizan la destrucción de objetivos incluso sin impacto directo.

Misiles aire-aire en Sudamérica: capacidades y comparativas

El AIM-120C-8 no es el único misil de alcance medio/largo en Sudamérica, pero es uno de los más avanzados de producción occidental en manos latinoamericanas. A continuación, un repaso por el material lanzable aire-aire en manos de las fuerzas latinoamericanas:

Argentina

La Fuerza Aérea Argentina adquirió 24 cazas F-16 en versiones bloques 10 y 15 MLU, que estarán equipados con 36 misiles AIM-120C-8 AMRAAM. Este misil, considerado la "bala de plata" del armamento aéreo argentino, es una de las variantes más avanzadas del AMRAAM disponibles para exportación.

Su capacidad "disparar y olvidar" libera al piloto de mantener el objetivo bajo vigilancia constante, permitiendo múltiples disparos simultáneos y maniobras evasivas inmediatamente después del lanzamiento.

No obstante, hay que notar que el radar AN/APG-66 de los F-16 argentinos tiene un alcance estimado de entre 110 y 140 Km, lo que puede limitar el empleo del misil AIM-120-C8.

Chile

La Fuerza Aérea de Chile opera cazas F-16 que emplean versiones ligeramente anteriores del AIM-120 AMRAAM, específicamente el modelo AIM-120C-7, con un alcance aproximado de 105 kilómetros. Aunque esta versión cuenta con tecnologías similares de guía activa por radar y capacidad de combate más allá del alcance visual, su alcance es inferior al del AIM-120C-8 argentino.

Esta diferencia otorga a Chile una capacidad moderna y probada, pero en términos de alcance y mejoras tecnológicas, el misil argentino representa un avance.

Venezuela

El poder aéreo venezolano está sostenido principalmente por cazas rusos Su-30MK2, que utilizan misiles aire-aire R-77 (también conocidos como AA-12 Adder). Estos misiles son guiados por radar activo y tienen un alcance de hasta 110 kilómetros.

Aunque comparten con el AIM-120C-8 la capacidad de combate más allá del alcance visual y una tecnología avanzada, el R-77 venezolano es comparable pero generalmente inferior en alcance y capacidades de enlace de datos al misil estadounidense más moderno.

Perú

La Fuerza Aérea Peruana operó cazas rusos MiG-29 hasta fines del año 2024, con misiles aire-aire R-77 y R-27. El R-77 es un misil guiado por radar activo con alcance de cerca de 110 kilómetros, mientras que el R-27 tiene sistema semiactivo y un alcance algo menor, alrededor de 80 kilómetros.

Actualmente, el país se encuentra en proceso de selección de un nuevo caza de última generación y uno de los candidatos más firmes es el Gripen E sueco.

Brasil

Brasil ha modernizado sus viejos cazas F-5 BR y ya tiene 15 cazas Gripen NG (o E/F) de los 36 que compró a la empresa sueca Saab.

Los F-5BR utilizan el misil de medio alcance israelí Derby, con un alcance máximo de 50 Km. En tanto, los Gripen se valdrán del misil MBDA Meteor, cuyo rango de combate máximo está entre los 100 Km y los 150 Km.

Avance tecnológico de Argentina con los F-16 y el misil AMRAAM C-8

La llegada del AMRAAM C-8 representa para Argentina un avance tecnológico y una "bala de plata" real: permite a sus F-16 ser una amenaza creíble a distancias antes inalcanzables, influye en el equilibrio regional e impulsa a las demás fuerzas aéreas a modernizar sus arsenales. Argentina se une así al selecto grupo de países con capacidad de combate más allá del alcance visual y con interoperabilidad moderna con estándares OTAN.

Se espera que los primeros seis aviones F-16 de los 24 adquiridos por Argentina lleguen al país en diciembre de este año. Es probable que los primeros misiles también arriben en esas fechas, aunque los detalles de esos movimientos suelen mantenerse en secreto militar.

Este panorama abre una nueva etapa en la competencia tecnológica militar en la región, promoviendo desarrollos y adquisiciones para mantener la disuasión y el balance, marcando una diferencia clave en la proyección de poder aéreo en América Latina.