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La distancia entre el príncipe Harry y la familia real británica no es un secreto para nadie. Sin embargo, una reciente decisión del duque de Sussex podría convertirse en el primer paso hacia un acercamiento.

A más de dos años del evento, Harry ya habría cursado una invitación formal al rey Carlos III y al príncipe William para que asistan a la próxima edición de los Juegos Invictus, programada para julio de 2027, en Birmingham.

Aunque aún falta mucho para el evento, la anticipación no es casual: se trata de una estrategia simbólica, una "rama de olivo" que, según fuentes cercanas al príncipe, busca abrir el diálogo con su familia y reconstruir lazos rotos.

Un gesto deportivo con intención política

Harry fundó los Juegos Invictus en 2014 para apoyar a veteranos de guerra heridos, y desde entonces el evento contó con un fuerte respaldo de la realeza británica.

Pero en la edición de 2024, celebrada en el Reino Unido, ni Carlos ni William estuvieron presentes. La ausencia se justificó con compromisos de agenda, aunque en el contexto de la tensa relación familiar, muchos interpretaron su falta como una señal de distanciamiento.

Ahora, Harry apuesta nuevamente a su proyecto más querido como vehículo de reconciliación. Según trascendió, la organización del evento ya cursó invitaciones oficiales a los miembros de la familia real, con la esperanza de que esta vez sí participen.

¿Carlos III y Harry podrán negarse a la invitación?

La situación no es sencilla. Tal como señaló la periodista especializada Bronte Coy, hay heridas abiertas que aún no cicatrizaron. Las entrevistas públicas y las memorias del príncipe Harry revelaron tensiones y desacuerdos profundos con su padre y su hermano, lo que erosionó la confianza entre ellos.

No obstante, Coy advierte que, si bien Carlos y William estarían en todo su derecho de rechazar la invitación, el simbolismo del evento podría obligarlos a considerar lo contrario.

Una fecha complicada y un gesto difícil de rechazar

El evento está previsto para el 12 de julio de 2027, fecha que coincide con el 80.º cumpleaños de la reina Camila. Esta superposición añade una capa de complejidad a la decisión de asistir o no al acto inaugural.

Pero, para muchos analistas, se trata de un ofrecimiento que la corona no podrá rechazar fácilmente sin pagar un costo simbólico. En un contexto donde la opinión pública observa cada gesto, la presencia, o ausencia, de Carlos y William podría enviar un fuerte mensaje sobre el estado real de las relaciones familiares.

¿Un nuevo capítulo para los Windsor?

Aunque no hay confirmaciones oficiales, el solo hecho de que Harry haya dado este paso sugiere una voluntad de tender puentes. De cara al 2027, los Juegos Invictus podrían convertirse no solo en una competencia deportiva, sino también en el escenario de una posible reunión histórica entre los Windsor.