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El término, usado comúnmente, "cáncer de útero" puede generar dudas, ya que agrupa dos tipos principales de cáncer que afectan este órgano femenino: el cáncer de cuello uterino (cervical) y el cáncer de endometrio (de cuerpo uterino).
Comprender las causas, los síntomas y el diagnóstico de cada uno es fundamental, dado que sus particularidades son muy distintas.
Anatomía del útero y su relación con el cáncer
El útero, también conocido como matriz, es un órgano hueco con forma de pera invertida, ubicado en la pelvis de la mujer. Es donde un feto crece durante el embarazo. Sus dos partes principales relevantes para el cáncer son:
El cuello uterino (cérvix): Es la parte inferior y estrecha del útero que se conecta con la vagina.
El cuerpo uterino: Es la parte superior y más grande del útero. Su revestimiento interno se llama endometrio.
1. Cáncer de cuello uterino (cáncer cervical): el VPH como principal causa
El cáncer de cuello uterino es el tipo de cáncer que comienza en las células del cérvix. Su principal causa es una infección persistente por ciertos tipos de Virus del Papiloma Humano (VPH) de alto riesgo.
El VPH es un virus muy común que se transmite por contacto sexual. Aunque la mayoría de las infecciones por VPH desaparecen por sí solas, algunas pueden permanecer en el cuerpo y, con el tiempo (a menudo 10 a 20 años), causar cambios anormales en las células del cuello uterino que pueden volverse cancerosas. Este proceso suele ser lento.

Factores que aumentan el riesgo de cáncer de cuello uterino
Sistema inmunitario debilitado: Condiciones como el VIH/SIDA o el uso de medicamentos inmunosupresores dificultan que el cuerpo elimine el VPH.
Tabaquismo: Las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el ADN de las células cervicales y hacer que las infecciones por VPH persistan.
Exposición a otras infecciones de transmisión sexual (ITS): Tener otras ITS (como herpes o clamidia) puede aumentar el riesgo de VPH o de que la infección progrese.
Factores reproductivos: Un primer embarazo a edad muy temprana o tener muchos partos se han asociado con un riesgo ligeramente mayor.
Uso prolongado de anticonceptivos orales: Existe una asociación con un riesgo ligeramente mayor si se usan por más de 5 años, especialmente con una infección por VPH.
Dieta: Una alimentación deficiente en frutas y verduras puede influir.
Síntomas más comunes del cáncer de cuello uterino
En sus etapas iniciales, el cáncer de cuello uterino muchas veces no presenta síntomas. Cuando aparecen, pueden incluir:
Sangrado vaginal anormal: Este es el síntoma más común. Puede manifestarse como sangrado entre periodos menstruales, sangrado después de las relaciones sexuales (coitorragia), o cualquier sangrado vaginal después de la menopausia. También puede haber periodos menstruales más abundantes o de mayor duración de lo habitual.
Flujo vaginal inusual: Un flujo que puede ser acuoso, rosado, marrón, con sangre o con un olor fétido.
Dolor pélvico o dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia): Especialmente en etapas más avanzadas de la enfermedad.
Diagnóstico del cáncer de cuello uterino
El diagnóstico y la detección temprana son cruciales y se realizan principalmente a través de:
Prueba de papanicolaou (PAP o citología cervical): Un examen que recolecta células del cuello uterino para buscar cambios anormales o precancerosos. Es una herramienta de detección primaria.
Prueba del Virus del Papiloma Humano (VPH): Busca la presencia de tipos de VPH de alto riesgo en las células del cuello uterino. A menudo se realiza junto con el PAP (co-testing).
Colposcopia: Si los resultados del PAP o VPH son anormales, el médico puede realizar este procedimiento para examinar el cuello uterino con un instrumento magnificador llamado colposcopio.
Biopsia: Durante la colposcopia, si se observan áreas sospechosas, se toman pequeñas muestras de tejido (biopsias) para ser analizadas en un laboratorio y confirmar la presencia de células cancerosas. Pueden ser biopsias con sacabocados, leep (procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa) o cono.
Pruebas de imagen: Una vez confirmado el cáncer, se pueden realizar estudios como la resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) o tomografía por emisión de positrones (PET/CT) para determinar la extensión de la enfermedad (estadificación).

2. Cáncer de endometrio (cáncer de cuerpo uterino): influencia hormonal
El cáncer de endometrio es el cáncer más común que afecta el útero. Se origina en el revestimiento interno del cuerpo uterino, el endometrio. Este tipo de cáncer está fuertemente influenciado por el equilibrio hormonal, específicamente por una exposición prolongada y sin oposición a los estrógenos.
Los estrógenos estimulan el crecimiento del endometrio, y si no hay suficiente progesterona para equilibrarlo, el endometrio puede crecer de manera excesiva (hiperplasia endometrial), aumentando el riesgo de desarrollar cáncer.
Factores de riesgo del cáncer de endometrio
Obesidad y sobrepeso: El tejido graso produce estrógeno, lo que eleva los niveles de esta hormona, especialmente después de la menopausia. Es uno de los factores de riesgo más significativos.
Terapia de reemplazo hormonal (TRH) con estrógenos solos: Si una mujer toma estrógeno sin progesterona después de la menopausia (y aún tiene su útero), aumenta su riesgo.
Edad avanzada: El riesgo aumenta con la edad, siendo más frecuente en mujeres postmenopáusicas (generalmente mayores de 50 años).
Nunca haber estado embarazada: Las mujeres que nunca han tenido hijos pueden tener una exposición relativa mayor a los estrógenos.
Menarquia temprana y menopausia tardía: Implica una mayor exposición del endometrio a los estrógenos a lo largo de la vida.
Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) o tumores ováricos productores de estrógenos: Estas condiciones pueden causar niveles elevados de estrógeno y una producción irregular de progesterona.
Hiperplasia endometrial: Es el crecimiento anormal del revestimiento uterino, especialmente la hiperplasia atípica, que puede ser precancerosa.
Antecedentes familiares y síndromes genéticos: Como el Síndrome de Lynch, que aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el de endometrio.
Uso de Tamoxifeno: Este medicamento para el cáncer de mama puede actuar como estrógeno en el útero, aumentando ligeramente el riesgo.
Síntomas más comunes del cáncer de endometrio
El síntoma más común y crucial del cáncer de endometrio es el sangrado vaginal anormal.
Sangrado vaginal después de la menopausia: Cualquier sangrado vaginal que ocurra después de haber cesado la menstruación (lo que se conoce como menopausia) es una señal de alarma y debe ser evaluado por un médico de inmediato.
Sangrado entre periodos menstruales: En mujeres premenopáusicas, cualquier sangrado irregular o "manchado" fuera del ciclo menstrual normal es un motivo de consulta.
Periodos menstruales inusualmente abundantes o prolongados (menorragia): En mujeres premenopáusicas, un cambio significativo en la cantidad o duración de los periodos.
Flujo vaginal anormal: Que puede ser acuoso, sanguinolento, de color rosado o marrón, y con mal olor.
Dolor o presión pélvica: Especialmente en etapas más avanzadas, puede sentirse como una molestia o presión en la parte baja del abdomen.
Pérdida de peso inexplicable: Aunque es un síntoma de etapas más avanzadas, una pérdida de peso sin cambios en la dieta o el ejercicio es un signo de alarma general para varios tipos de cáncer.
Diagnóstico del cáncer de endometrio
El diagnóstico del cáncer de endometrio suele iniciarse ante la aparición del sangrado vaginal anormal y puede incluir:
Examen pélvico: Una revisión de los órganos reproductores.
Ecografía transvaginal: Se utiliza una sonda pequeña que se introduce en la vagina para crear imágenes del útero y los ovarios, permitiendo evaluar el grosor y la textura del endometrio.
Biopsia endometrial: Es el método más común y preciso para diagnosticar el cáncer de endometrio. Se introduce un tubo delgado a través del cuello uterino hasta el útero para tomar una pequeña muestra del revestimiento endometrial. Este procedimiento a menudo se puede realizar en el consultorio.
Histeroscopia: Un procedimiento en el que se introduce un telescopio delgado y flexible con una cámara a través del cuello uterino para visualizar directamente el interior del útero y tomar biopsias de áreas sospechosas.
Dilatación y legrado (D y L): Un procedimiento quirúrgico donde se raspa el revestimiento del útero para obtener una muestra de tejido más grande para análisis, generalmente bajo anestesia.
Pruebas de imagen: Una vez confirmado el cáncer, se pueden realizar estudios como la resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) o PET/CT para determinar la extensión de la enfermedad (estadificación).
Informarse está bien, pero la consulta médica profesional es fundamental
Es vital recordar que la presencia de cualquiera de estos síntomas no confirma un diagnóstico de cáncer. Muchos de ellos pueden ser causados por condiciones benignas y tratables. Sin embargo, la persistencia, el agravamiento o la combinación de varios síntomas son motivos suficientes para buscar atención médica sin demora.
Solo un profesional de la salud puede realizar una evaluación adecuada a través de la historia clínica, el examen físico y pruebas diagnósticas específicas. La detección temprana es crucial para el éxito del tratamiento en ambos tipos de cáncer de útero.














