

Un estudio reciente realizado en Israel sobre la producción de anticuerpos de la vacuna de Moderna sugiere que ciertos sueros contra el virus "pueden afectar la capacidad del cuerpo para producir un tipo clave de anticuerpo".
El análisis, el cual tuvo en cuenta datos recopilados durante un ensayo de control aleatorio de Moderna para su vacuna de ARNm SARS-CoV-2desde julio de 2020 hasta marzo de 2021; indica que este efecto podría "limitar las defensas del sistema inmunitario" contra las nuevas cepas del Covid-19.
Cabe resaltar que, a pesar de estos estudios preliminares, hay consenso en la comunidad científica sobre que la vacunación es la única medida efectiva contra el COVID y para terminar con la pandemia.
MODERNA Y LOS ANTICUERPOS: CÓMO PUEDE AFECTAR AL SISTEMA INMUNE
Los científicos se enfocaron en analizar a los participantes vacunados con Moderna que dieron positivo de Covid-19 y compararon los niveles en la sangre de distintos anticuerpos en base al estado de vacunación. Además, también se analizó la carga viral.
Específicamente, el estudio analizó "la respuesta de los anticuerpos al núcleo de la proteína de la nucleocápside del virus, usando los niveles de anticuerpos anti-nucleocápside (abs anti-N) como un marcador de la respuesta integral del sistema inmunitario al virus, a diferencia de la respuesta más limitada a la proteína espiga", pormenorizaron.

Cabe resaltar que las mutaciones en la proteína de espiga del SARS-CoV-2 en las nuevas cepas se han puesto en el ojo de la tormenta debido a "la dependencia de la inmunidad generando por vacunas de los anticuerpos dirigidos a las proteínas s de la variante original".
Tal como esperaban los investigadores, los niveles de anticuerpos que marcan la respuesta del sistema inmune a la vacuna de Moderna y el contagio "variaron según la carga viral". Además, "se encontró que los participantes que tenían cargas virales más altas tenían niveles más altos de anticuerpos neutralizantes anti-nucleocápside".
Sin embargo, los científicos hallaron también una diferencia "pronunciada" en los niveles de anticuerpos anti-nucleocápside entre los participantes vacunados y quienes recibieron el placebo, incluso cuando el estudio controló la carga viral.
Así, se encontró que los participantes del ensayo que recibieron el placebo, en lugar de la vacuna, y se infectaron durante el ensayo tenían niveles significativamente más altos de anticuerpos neutralizantes anti-nucleocápside que los participantes vacunados que tenían cargas virales comparables.
Se encontró que aproximadamente el 60 % de los participantes de la cohorte de placebo que experimentaron una infección muy leve, con cargas virales bajas, tenían anticuerpos anti-nucleocápside, en comparación con aproximadamente el 10 % de los sujetos vacunados.
Entre aquellos con cargas virales más altas, que califican como casos leves, en lugar de muy leves, el 71% de los no vacunados desarrollaron anticuerpos contra la nucleocápside, en comparación con solo el 15% de los del grupo vacunado con Moderna.
De todos los sujetos no vacunados a los que se les había diagnosticado el virus durante el ensayo, casi todos (93 %) tenían niveles mensurables de anticuerpos antinucleocápside, en comparación con menos de la mitad (40 %) de los de la cohorte vacunada.
"Si bien no se puede descartar un aumento en la seroreversión, dado el corto período de tiempo, la explicación más probable es una reducción en la seroconversión inducida por la vacuna", indicaron los investigadores.













