

En Argentina, lo habitual es que los bienes de una persona fallecida se repartan entre sus familiares, ya sean descendientes, ascendientes o el cónyuge. En el testamento debe estar claramente especificado a quiénes corresponden los bienes, garantizando que la voluntad del fallecido se cumpla según la ley.
Sin embargo, existe un caso en particular en el que el Estado puede intervenir y apropiarse de la totalidad de los bienes. Esto ocurre en todo el país y aplica tanto a propiedades, dinero en cuentas bancarias, como a otros activos del difunto.
El reparto de una herencia puede darse de dos formas:
- Sucesión testamentaria: el fallecido dejó un testamento válido que determina cómo se distribuyen los bienes. La libertad del testador está limitada por la "legítima hereditaria", que garantiza una porción mínima a los herederos forzosos: hijos, padres y cónyuge.
- Sucesión intestada: se aplica cuando no hay testamento o este es inválido. La ley determina quiénes son los herederos y cómo se reparte la herencia entre descendientes, ascendientes, cónyuge y parientes colaterales hasta el cuarto grado.

¿Por qué el Estado puede quedarse con los bienes del difunto?
Si no existen herederos legales, los bienes pasan automáticamente al Estado nacional, provincial o municipal, según donde se encuentren los activos.
Esta medida busca evitar que los bienes queden abandonados o sin custodia legal, asegurando que se destinen al interés público. En la práctica, significa que propiedades, cuentas bancarias o inversiones pueden pasar a formar parte del patrimonio estatal.
¿Cómo se reparte la herencia entre los herederos?
La porción legítima de los herederos forzosos es la siguiente:
- Descendientes: 2/3 de la herencia
- Ascendientes: 1/2 de la herencia
- Cónyuge: 1/2 de la herencia

En sucesiones intestadas, los bienes se reparten siguiendo el orden legal de herederos: descendientes, ascendientes, cónyuge y parientes colaterales hasta el cuarto grado. Si no hay herederos, el reparto no se realiza entre familiares, y la herencia pasa directamente al Estado.
¿Cómo es el proceso de sucesión en Argentina?
El proceso sucesorio asegura que la herencia se reparta de manera ordenada y legal, evitando conflictos entre familiares. Se realiza en tribunales ante un juez y consta de varios pasos:
- Inicio del juicio: un heredero o interesado solicita la apertura de la sucesión en el juzgado del último domicilio del fallecido.
- Presentación de documentación: certificado de defunción, actas de nacimiento o matrimonio y títulos de propiedad.
- Declaratoria de herederos: el juez reconoce a los herederos legales en casos intestados o valida el testamento.
- Inventario y tasación: se realiza un listado de todos los bienes y su valor.
- Partición y adjudicación: los bienes se distribuyen entre los herederos según la ley o el testamento.
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