Durante los últimos 18 meses, la piratería es el mayor problema de seguridad que enfrenta el sector de transporte marítimo. Según el International Maritime Bureau, el año pasado se produjeron 111 ataques y 42 secuestros perpetrados por somalíes. El aumento de los costos del seguro y la preocupación por la seguridad implican para las empresas navieras gastos adicionales por millones de dólares.

Una vez cobrado el rescate del secuestro, los somalíes organizan grandes fiestas en la playa, a donde los invitados llegan en lujosas camionetas para festejar y repartirse el botín.

Las prácticas comerciales de los piratas son eficaces principalmente debido a su sencillez. En un país donde los bancos dejaron de funcionar, todo se hace en dinero con efectivo. Los rescates por cientos de miles de dólares caen desde algún avión en billetes de u$s 100 y con eso pagan autos, casas, televisores y hasta fiestas de casamiento.

Estas fiestas demuestran cómo la piratería pasó a formar parte de la sociedad somalí. Los piratas hasta contratan “contadores para que dividan los rescates. Aplican una formula muy bien diseñada que establece cuánto le corresponde a cada uno, desde los guardias de menor rango hasta los líderes de las bandas.