

En 2006 la televisión estadounidense habrá completado totalmente su transformación a la norma digital. El gobierno español, que había previsto dejar el sistema analógico por el digital en 2012, está analizando adelantarlo al 2010 y algunos arriesgan que la fecha definitiva será 2008. En nuestro país, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que están dadas las condiciones para el ingreso de la industria en la era digital.
No obstante, es necesario tener mayor certeza sobre la norma digital que el país utilizará. Si se confirma la resolución que optaba por la ATSC norteamericana, si se trabajará en forma conjunta con Brasil o si navegaremos entre las variables europea, japonesa, australiana y, cuando no, china.
El paso de la televisión analógica tradicional a la digital es mucho más que un avance tecnológico. Es una nueva forma de ver, escuchar y sentir la televisión.
Básicamente, se trata del reemplazo de la transmisión analógica actual (señales físicas que reproducen el mensaje emitido) por la digital, más veloz y precisa, a través de un lenguaje binario de bites.
La televisión digital permite multiplicar las actuales señalares de la televisión abierta, es decir mucho más contenido, o la Alta Definición (HDT, en inglés), según optemos por la norma europea (DDV) o la norteamericana (ATSC). Desde 1998 rige una resolución que inclina la balanza hacia la norma ATSC (Secom 3257/97), que creó Estados Unidos y a la que se volcó recientemente México. Para alimentar los fundados temores sobre la evolución de la economía china, el Gigante asiático se acaba de sumar al exclusivo club tecnológico.
La competencia por la norma digital es la más provocativa del nuevo siglo. Hasta hace unos meses la carrera tenía tres grandes jugadores: Estados Unidos, Japón y Europa. Las Academias de Ciencias Sociales de China y la de China de Ingeniería presentaron el Zhongshi N1, un chip de TV digital con aproximadamente 20 millones de transistores y 80 unidades de memoria. Aseguraron que las pruebas realizadas con el nuevo dispositivo han sido exitosas y que antes del 2012 se reemplazará todo el parque analógico de ese país.
El patrón digital chino se denomina DMB-T y tendrá un debut en los Juegos Olímpicos que se llevarán a cabo en Pekín en el 2008. Se afirma que por calidad y precio superará a sus competidores estadounidense y europeo. Tampoco están muy preocupados, el parque chino ronda los 400 millones de televisores y la venta media anual, supera los 40 millones de unidades.
En la Argentina hasta el momento se han hecho pruebas exitosas de TV digital bajo la norma ATSC en Telefé, Artear y Canal 9. Pero pasar a la nueva etapa, implicará erogaciones millonarias para el nuevos equipos de transmisión, la adaptación de estudios y la producción de receptores. Es una decisión cultural e industrial.
Hay que resolver cuestiones comerciales, sociales y jurídicas. Es una estrategia que excede al país y tiene connotaciones regionales. Por eso es perentorio definir cómo ingresaremos a la TV digital y si aprovechamos esta oportunidad para que el país retome el liderazgo que otrora supo ostentar en la producción de contenidos culturales y de entretenimiento de América Latina.










