Tras casi dos años sin hostilidades, el gobierno de San Luis volvió a mostrarle los dientes a Compañía Introductora de Buenos Aires (CIBA), la dueña de la sal de mesa Dos Anclas. “Nuestra compañía es objeto de diversas maniobras tendientes a despojarla de sus legítimos derechos sobre los yacimientos de sal ubicados en la Laguna del Bebedero , dijo Alfredo Klein, presidente de la firma, en una carta a la Bolsa de Comercio.

De ese yacimiento puntano, cuyas concesiones compró en 1941, CIBA extrae el 90% de la sal que comercializa. Pero ahora apareció en escena Empresa San Luis Construcciones SAPEM, una compañía mixta controlada por el estado provincial, y a cargo del ministro del Capital (equivalente a Economía), Alberto Pérez. “SAPEM le pidió a la Dirección de Minería de San Luis (intervenida este año) la concesión de áreas de ese yacimiento como si las hubiese descubierto, y que se superponen con nuestras pertenencias mineras. Y Minería registró el pedido , le dijo a El Cronista un directivo de CIBA.

“Las concesiones mineras no vencen si se paga el canon y se cumplen ciertos requisitos. De modo que vamos a hacer una oposición administrativa, y seguiremos todas las instancias judiciales que sea necesario. Es sumamente fácil demostrar que tenemos plenos derechos sobre esa explotación, pero hay que demostrarlo en San Luis , agregó.

A fin de 2003, CIBA había sufrido otra embestida del gobierno de Alberto Rodríguez Saá (que la semana pasada decretó una emergencia de seguridad en San Luis). Con el argumento de frenar la desertificación, la Justicia puntana había ordenado inundar la Laguna del Bebedero, construyendo un desvío del río Desaguadero. Un año después, en segunda instancia, la Justicia le dio la razón a la empresa y las obras se paralizaron.