¿Por qué hay paz cambiaria?
Al existir controles de cambio, se puede intentar una política que en otras condiciones no se podría intentar. Si hubiera un esquema de flotación, habría una fuerte caída de reservas y una fuerte suba de la tasa de interés o el dólar se iría a un precio superior. Y hay una conexión entre la poca movilidad del tipo de cambio oficial, la cantidad de reservas y la brecha cambiaria.
Es posible extender en el tiempo la paz cambiaria que está logrando una desaceleración inflacionaria. Pero lo que está influyendo en la estabilidad de precios es más la recesión que la tablita cambiaria, por lo tanto, es menos sostenible en el tiempo. Los gobiernos no pueden ser indiferentes a una profundización de la recesión. Entonces quizá estamos en presencia de una estrategia a abril de 2015, para cerrar negociaciones salariales amenazadas por la estabilidad cambiaria, con sindicatos amenazados por el alza de la desocupación, para después relajar las políticas.

¿Qúe puede amenazar a la paz cambiaria en enero?
Hay que ver qué pasa con la inflación en enero para ver si estamos convergiendo a una tasa menor. Y con la intranquilidad del gobierno frente a un recesión que complica el nivel de empleo. Si la inflación de enero es alta, porque la emisión monetaria de diciembre no es absorbida con las Lebacs que se van a necesitar en enero y febrero, el tipo de cambio fijo no será tan fácil de sostener. Pero si la recesión se profundiza, quizá el Central no sale a esterilizar en enero, y la inflación es superior a lo que todos esperan pese a la tablita cambiaria.

¿Qué rol juegan las reservas?
El hecho de que las reservas hayan aumentado puede influir sobre las expectativas, pero como el incremento tiene plazo fijo, no tiene un efecto homogéneo sobre todas las variables de la economía. No puede distender la brecha cambiaria o agilizar el ritmo de importaciones, como el aumento de reservas sugiere que sea posible, porque tiene que devolver los swaps. Que el gobierno intente nuevamente emitir el Bonar 24 puede aliviar las presiones cambiarias.