

Las pérdidas del Nikkei tuvieron lugar desde el primer minuto de negociación. La plaza tokiota arrancó la jornada con fuertes pérdidas y llegó a ceder un 2,81% y a tocar su mínimo intradía (13.898 puntos) de los últimos seis meses.
Sin embargo, el principal indicador de la Bolsa de Tokio y de las bolsas asiáticas sucumbió a las ventas que llegaron desde Wall Street y cerró con un descenso del 2,38%, algo que le llevó a perder la cota de los 14.000 puntos, algo que no sucedía desde principios de febrero. Finalmente ha cerrado en los 13.960 puntos.
De esta manera el Nikkei vivió su mayor calvario semanal de los últimos tres años, desde el tsunami de 2011, al dejarse un 7,3% en estas últimas cinco jornadas.
Y es que la oleada de ventas de ayer en Wall Street y la caída de las tasas a largo plazo en Estados Unidos llevaron a los inversores del mercado de divisas a apostar por el yen y a desechar el dólar. El Nasdaq fue el indicador que más bajó, se hundió un 3,13%, hasta su nivel más bajo en dos años y medio.
Por otro lado, como suele ser habitual, el encarecimiento de la divisa japonesa perjudica enormemente a los principales valores exportadores del mercado japonés, ya que reduce la competitividad de sus productos y recorta sus beneficios al repatriarlos a Japón.













