Ferrari, el máximo exponente del lujo en carretera, quiere abrirse paso en los mercados y cotizar en la Bolsa de Nueva York. El fabricante italiano de coches deportivos presentó ayer el folleto de su oferta pública de acciones ante el regulador bursátil de Estados Unidos (SEC), poniendo en marcha un proceso de reestructuración en el capital de su principal accionista, el holding Fiat Chrysler Automóviles (FCA).


Con una facturación de 2.762 millones de euros durante el pasado ejercicio, la firma luce mucho más atractiva para una OPV que tendrá como colocadores a UBSInvestment Bank, Bank of America Merrill Lynch y el Banco Santander, este último uno de los principales patrocinadores de la escudería de Fórmula 1 de la marca.


Con el debut bursátil de la nueva cotizada, Ferrari NV, que prevé alcanzar un valor de 10.000 millones de euros, el lujo del fabricante deportivo de referencia dejará de estar exclusivamente en manos de FCA, sociedad que cuenta con el 90% de las acciones, con Exor como principal partícipe. Y es que el holding tiene la intención de transferir a sus accionistas la participación del 80% con la que quedará tras la oferta pública a través de escisiones en su capital. Con ello, a principios de 2016 las acciones de Ferrari NV se repartirán entre los socios de FCA, con un 66% de participación, y entre quienes ya formaban parte del accionariado, Piero Ferrari, cuya participación se mantiene sin cambios, con el 10% de la cotizada, y Exor SpA, que se quedará con el 24%.


El giro estratégico que está llevando a cabo el ícono italiano de la velocidad surge con la intención de reducir la deuda de FCA para acceder fácilmente a fuentes de financiación y aumentar su atractivo para los inversores, especialmente en los Estados Unidos, donde la firma goza de una de las más grandes e importantes cuotas de mercado. No obstante, la operación no está exenta de riesgos para la firma que fundó Enzo Ferrari, un conductor de un modesto Alfa Romeo desde 1924. La compañía advierte que, antes de la oferta pública, jamás han estado expuestos al mercado y no pueden predecir cuál será el grado de interés de los inversores.