Si algo le faltaba al Gobierno en este momento de pérdida de reservas y de sequía es que también caiga el precio del principal grano de exportación de la Argentina. La soja retrocedió 6% con respecto a su valor máximo en 2023, debido a una buena cosecha en Brasil.
El Gobierno lidia día a día con la pérdida de reservas. Las cantidades se ven afectadas por la sequía (menor cosecha) y por el adelantamiento en las exportaciones por el dólar soja 1 y 2.
Además, la caída de la soja afecta el factor precio y advierten por mayores presiones cambiarias en el margen.
Cae el precio de la soja
Si bien la soja rebotó desde sus recientes mínimos, el precio de la oleaginosa se desplomó en las últimas semanas a u$s 514 la tonelada, cayendo 18% debajo de sus máximos de 2022 de u$s 615 la tonelada.
Tras perder 6%, la soja cotiza en niveles de noviembre de 2022.
Durante toda la gestión de Alberto Fernández, el Gobierno se favoreció tanto por las cantidades exportadas, con buen clima y buena cosecha, así también por precios elevados de los granos.
Sin embargo, este año marca una clara diferencia, con un retroceso en el precio de la soja, que se suma a menor toneladas producidas por efecto de la sequía.
A partir de esto se estima que la Argentina perderá más de u$s 20.000 millones en exportaciones este año, agravando aún más la situación de las reservas internacionales del BCRA.
Martin Polo, estratega jefe de Cohen, advierte que la sequía sigue empeorando el panorama.
"Las últimas estimaciones de cosecha de soja y maíz volvieron a corregirse a la baja: ahora se esperan menos de 25 millones de tonelada de soja y 35 millones de tonelada de maíz. A esto se suma que la buena cosecha de Brasil presiona a la baja sobre los precios de la oleaginosa: en la última semana cayeron más de 3% acumulando en el año una pérdida de 6% (de 16% respecto a marzo del año pasado)", dijo.
Además, Polo advierte que estas son dos malas noticias para las cuentas externas argentinas dado que las exportaciones tendrían una baja no menor a u$s 20.000 millones.
A esto, Polo le suma también el adelantamiento de la liquidación de soja que se hizo el año pasado, el cual redujo notablemente las liquidaciones del agro en el mercado cambiario.
"En la última semana la liquidación totalizó u$s 249 millones y en el mes acumulan menos de u$s 900 millones, 70% menos que un año atrás. Así las cosas, las reservas internacionales siguen en niveles críticos y se encuentran muy alejadas de la meta con el FMI. Será un gran desafío para el Gobierno compensar la caída de la oferta por la sequía", dijo.
Por otro lado, Polo agregó que "por el momento no esperamos un salto del tipo de cambio antes de las elecciones, pero la contrapartida será una mayor caída del nivel de actividad".
La liquidación del agro depende tanto de las cantidades como del precio. Sin embargo, este año ambos factores están siendo amenazados.
Además, y en línea con lo que menciona Polo, las cantidades también se vieron reducidas por el hecho de que el agro liquidó de manera anticipada su cosecha durante los programas de dólar soja 1 y 2, llevados a cabo durante septiembre y diciembre pasado.
Así, la liquidación actual del agro se ha reducido drásticamente.
Los analistas de Facimex Valores afirmaron que la liquidación de exportaciones del agro se encamina a cerrar el primer trimestre con todos los registros mensuales por debajo de otros años con sequía, lo que se explica por los primeros impactos de la sequía y las distorsiones generadas por los programas de dólar soja.
En ese sentido, desde la compañía alertan que esta dinámica sugiere que la suba estacional de la liquidación del agro no alcanzará para revertir las ventas del BCRA en el segundo trimestre.
"La mediana de los años con sequía muestra que la liquidación del agro sube 43% trimestral en el segundo trimestre, lo que implica un aumento de u$s 773 millones promedio mensual. Este año probablemente el incremento sea menor ya que el volumen de comercialización de soja y maíz están en mínimos de los últimos 20 y 7 años, respectivamente", advirtieron.
Búsqueda de cobertura
Debido a que el agro liquidará menos y que el Gobierno tendrá menos reservas, se elevan las presiones cambiarias en el margen.
El Gobierno necesita dólares para calmar las presiones cambiarias, pero de no conseguirlos el Central deberá pisar aún más fuerte las importaciones y recibirá mayor presión en cuanto al actual ritmo devaluatorio.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) alertaron que algún cambio en el esquema cambiario debe irrumpir en el escenario.
"El BCRA no resiste esta dinámica cambiaria. El problema de flujos y stocks en el que fue metiéndose el BCRA desde mediados de enero sigue agravándose y luce sin final aparente en el cortísimo plazo. La liquidación del agro sigue mostrando caídas de 70% anual (efectos conjuntos de liquidación anticipada por dólar "soja" y sequía sobre el trigo) y no llega a compensar el salto en la demanda. Así, no hay otra manera de cubrir este vacío que con intervenciones de la autoridad monetaria", advirtieron desde PPI.
En definitiva, se mantienen latentes las presiones cambiarias y la dinámica en las reservas no simplifica la situación.
"La situación cambiaria está cada vez más ajustada y esto probablemente lleve al equipo económico a combinar una mayor tasa de devaluación con mecanismos para contener los pagos de importaciones, una mayor utilización del swap con China, mayor apalancamiento comercial e incluso un uso más intensivo de dólares de las empresas", sugirieron.
Además, agregaron que "los desequilibrios son importantes y la impresión es que cualquier combinación entre ajuste de precios y cantidades será consistente con una mayor caída del nivel de actividad y más presiones inflacionarias".
Por su parte, Lucas Longo, estratega de Banco Mariva, considera que la caída del precio internacional de la soja (5% en lo que va de marzo) resta a la expectativa sobre ingreso de divisas por exportación.
Sin embargo, considera que el efecto es marginal y no se compara con la caída que estamos teniendo en cosecha producto de la sequía. Longo advierte que existen presiones cambiarias, aunque no cambian drásticamente por la caída del precio de la soja recientemente.
"La presión cambiaria ya venía bastante alta, así que este efecto precio es bajo y en el margen", dijo.
Con respecto a la cobertura, Longo considera que por el momento no es necesaria con los precios actuales.
"Por ahora no se cambia nuestro view sobre el mercado cambiario local. Creemos que el Gobierno siempre tendrá el ajuste por tipo de cambio como última opción dentro de su menú de políticas, y siempre priorizará conseguir dólares frescos por otras vías y con un impacto minimizado en el tipo de cambio. Esto es lo que venimos viendo con dólar oficial que viene apenas levemente acelerando su velocidad de depreciación en las últimas semanas", comentó.