¿Prohibido fumar? Las tabacaleras, un imán para los mercados bursátiles

En la última década, las acciones del sector ganaron cuatro veces más que el índice S&P 500. Desde principios del siglo XX es, junto con las bebidas alcohólicas, la industria con mayor rentabilidad anual. Los costos que genera el tabaco a sus comsumidores pasan así a segundo plano para los inversores

Fumar es un placer genial, sensual...", parecería estar todavía cantando Argentino Ledesma en "Fumando espero", un clásico de principios de la era dorada del tango argentino, que hoy suena a nostalgia en una época en que el cigarrillo está mal visto en todos lados. ¿Realmente en todos lados? Porque para los mercados financieros, la industria tabacalera suena a música en los oídos de los inversores que decidieron apostar a las acciones del sector.

Es que las tabacaleras gozan de muy buena salud en Wall Street, ya que desde principios de 2016 el índice sectorial S&P 500 Tobacco viene ganando más de un 10%, contra un 2,5% del S&P 500, y creció un 22% en los últimos 12 meses, cuando el índice general perdió un 0,7%. Y eso sin tener en cuenta que invertir en empresas que producen cigarrillos no está demasiado rayano con la ética, si se tiene en cuenta el daño que provocan sus productos. Pero como dijo en el Siglo I el emperador romano Vespasiano, "Pecunia non olet" ("el dinero no huele"). Por lo menos, no tiene olor a tabaco.

Para quienes crean que el sector atraviesa una tendencia pasajera, solo basta con observar los datos a más largo plazo: junto con las bebidas alcohólicas, el tabaco es el que mayor rentabilidad tuvo en la última década. Los datos son elocuentes (y las comparaciones odiosas): el índice Dow Jones US Tobacco (formado por empresas de la talla de Philip Morris, Altria Group y Reynolds American, entre otras) ganó entre 2005 y 2015 un 255%, el Dow Jones US Distillers & Vintners un 218%, el S&P 500 un 71% y el Nasdaq un 173%.

Para quienes sostienen que una década ganando más que los índices líderes no es una razón suficiente para apostar al sector, conviene que le echen un vistazo a un estudio del Crédit Suisse Research Institute: desde el año 1900, el tabaco y las bebidas alcohólicas son los dos sectores que alcanzaron el mejor resultado sectorial en EE.UU., con una ganancia anualizada... ¡del 14,6%! Da como para pensar si al final de todo no termina siendo un placer genial, por lo menos para los inversores.

La ética no cuenta

Claramente, quien diversifica su cartera de inversión con acciones de compañías tabacaleras no se preocupa por el impacto negativo de esta actividad, algo que en general recomiendan los analistas a la hora de invertir: ser lo más racional posible y dejar de lado las emociones. Incluso es probable que este modelo de inversor también mire otros sectores como las fábricas de armamentos, porque pueden ser igualmente muy rentables, aunque con una estacionalidad mayor ya que dependen de un conflicto bélico para incrementar sus ganancias. Por ejemplo, los mayores fabricantes de armas estadounidenses vieron cómo se duplicaban y triplicaban los precios de sus acciones entre 2003 y 2008, coincidiendo con la invasión a Irak por parte del gobierno de EE.UU. y sus aliados.

En el caso de la industria tabacalera, la estacionalidad no existe como sí pasa en el sector armamentístico. Porque de acuerdo con los analistas, el cigarrillo representa un consumo no cíclico por su componente adictivo. "El sector se aprovecha de la evolución regular en el consumo de los particulares. Cuando se desacelera el crecimiento en los países desarrollados, los emergentes toman la posta, con el incremento en esas regiones de una población que se enriquece. El número de consumidores aumenta y eso beneficia a todos los sectores relacionados con el consumo, donde también está incluido el tabaco", afirmó Yves Maillot, analista de Natixis AM.

La importancia de los mercados emergentes en el atractivo de las acciones tabacaleras es cada vez mayor, si se tiene en cuenta que el consumo de cigarrillos no dejó de caer en EE.UU. en esta última década (-4%, según datos publicados por Barclays). El secreto para que el precio de las acciones no se frenara fue una política de aumento de precios en las empresas, que compensó las menores ventas. ¿Por qué no cayeron más las ventas a pesar de la suba de precios? Porque según Michael Lavery, analista de CLSA, las ventas de cigarrillos se vieron beneficiadas por la baja en el precio de los combustibles. "Puesto que la nafta se volvió más barata por una caída del 28% en los precios a nivel nacional, los consumidores que acostumbran comprar cigarrillos cuando cargan combustible tuvieron un poco más de dinero para gastar en tabaco", explicó el especialista.

Dos amenazas

De todas formas, el sector se ve amenazado por dos grandes peligros: el rechazo cada vez mayor al daño que provoca el tabaco en el mundo y la llegada del cigarrillo electrónico. En el primer caso, hay inversores institucionales como el fondo soberano de Noruega (el mayor del mundo, por lo menos hasta que se constituya el de Arabia Saudita) que decidió en 2010 dejar de invertir en estas empresas por cuestiones éticas (¡para algunos sí cuenta!). Y otros que ven un riesgo creciente de mayores demandas contra las tabacaleras (en 2014 un tribunal de Florida condenó a Reynolds a pagar una multa de u$s 23.600 millones, pero otro juzgado había desestimado en 2006 una demanda colectiva por u$s 145.000 millones).

En cuanto al cigarrillo electrónico, la mayor parte de la industria ya empezó a moverse hacia ese segmento que va ganando mayor participación en el mercado, aunque todos saben que los márgenes de ganancia no van a ser los mismos, puesto que el costo de producir los electrónicos es superior que el de los de papel. Mientras tanto, para los analistas, los inversores siguen eligiendo en el corto plazo estas acciones por la ventaja que brinda un sector que está bien consolidado y que se ha acostumbrado a generar ingresos y a distribuir utilidades de manera regular. En momentos en que las tasas de interés siguen tan bajas, este modelo de negocios es muy atractivo para los mercados financieros. Tanto como para que Argentino Ledesma deje de esperar a su amada, apague el cigarrillo y se vaya corriendo a comprar acciones de tabacaleras.

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