
El Reino Unido debe fijar un impuesto a la grasa de al menos 20% sobre los alimentos malos para la salud, si es que quiere provocar un fuerte impacto en los crecientes niveles de obesidad, según un informe publicado por el British Medical Journal.
El estudio, que echa mano a una investigación sobre la obesidad en todo el mundo, afirma que es probable combatir el fuerte exceso de peso en la población imponiendo un gravamen a una serie de alimentos y subsidiando las opciones más saludables.
Una cantidad de países ya introdujeron o están considerando introducir impuestos a la grasa. También hay otras naciones, incluyendo Escocia, en las que se está debatiendo la fijación de precios mínimos para el alcohol con el objetivo de desalentar los elevados niveles de consumo.
Un informe de Estados Unidos señala que el impuesto a las bebidas azucaradas ha ayudado a reducir el exceso de peso, pero los autores del documento advierten sobre una aplicación más generalizada de su enfoque en el Reino Unido.
Entre otras cosas, ellos temen que la gente se pase de las alternativas menos gravadas pero igualmente malas para la salud.
El estudio, que concluye que los impuestos a las grasas perjudicarán en mayor medida la población de menos recursos, afirma que los gravámenes de a poco irán mejorando la salud y calidad de vida de esas personas, cuya mayoría se ve afectada por la obesidad.










