
Solo dos bancos de inversión sobrevivieron a la crisis financiera intactos. Uno empezó a parecer tan poderoso que se había transformado en un problema para la sociedad. El otro se creía que había tenido suerte simplemente por haber logrado salir a flote.
Desde entonces, Goldman Sachs se ciñó a la estrategia que lo convirtió en el banco de Wall Street más eficaz, y la toma de riesgos se transformó en la pieza central de sus negocios. Conocido desde hace tiempo como una caja negra por sus prácticas comerciales turbias, los pocos cambios que introdujo fue en sus políticas de ética: un esfuerzo por derribar la idea de que, como un desafortunado e-mail interno sugirió, embarca a los clientes en "negocios de porquería".
Morgan Stanley, que a gatas sobrevivió, participa en una transformación bastante más drástica. Apostó a gran escala a la gestión de patrimonios, y adquirió una red de asesores del Citigroup que venden productos financieros a estadounidenses acaudalados. Al mismo tiempo, redujo su división de operaciones de renta fija.
Las estrategias de los bancos reflejan sus líderes. En Goldman, Lloyd Blankfein, de 59 años, que comenzó su carrera como operador de commodities, se mantuvo fiel a la división de operaciones de renta fija, commodities y cambio que han sido la vaca lechera de Wall Street durante 30 años. Pero las operaciones, incluso las hechas con propio dinero del banco, ahora se ven amenazadas por una cantidad de reglamentaciones nuevas.
James Gorman, el director ejecutivo de Morgan Stanley, no es un operador por vocación. Antiguo consultor y ejecutivo de Merrill Lynch, famoso por su tropa de gestores de patrimonio, puso énfasis en el rol de la banca minorista en el futuro de Morgan Stanley.
Durante la mayor parte del período posterior a la crisis, a Goldman le fue relativamente bien con ingresos en general inferiores en comparación con los de una década atrás, pero aún en ventaja con respecto al resto. A diferencia de Morgan Stanley, cualquiera de sus bancos de inversión rivales de Europa o cualquier otro banco de Wall Street, a excepción del JPMorgan Chase, las acciones de Goldman subieron desde los días más oscuros de la crisis de septiembre de 2008.
Morgan Stanley se topó con muchas turbulencias. Considerado el banco más vulnerable de Estados Unidos, sus acciones alcanzaron nuevos valores mínimos récord durante los veranos de las crisis de la eurozona (2011 y 2012). Durante el primer episodio, las autoridades reguladoras llegaron a considerar compradores potenciales por si la compañía llegaba al punto de la quiebra, según personas al tanto de la situación.
Mientras que el retorno sobre el capital de Goldman se mantuvo sobre el 10% durante la mayor parte de período posterior a las crisis, Morgan Stanley superó ese nivel solo fugazmente y, en general, quedó bajo el 5%, muy por debajo del costo de su capital.
Pero los inversores están comenzando a ver a Morgan Stanley con otros ojos. Si bien continúa a la zaga de la rentabilidad de Goldman, a los inversores ya no parece importarle. Su valuación redujo la brecha con Goldman según un parámetro de precio de acciones/valor libro de activos.
Las perspectivas de quiebra de Morgan Stanley, medidas conforme a canjes de cobertura por incumplimiento crediticio, mejoraron en mayor medida. Desde principios de 2008, los diferenciales de crédito de Goldman han sido holgados durante más del 90% del tiempo. Pero desde el anuncio de sus ingresos trimestrales de octubre, ambas compañías rotaron de lugar y Morgan Stanley se mantuvo en ventaja desde entonces. Actualmente, se considera que Goldman es la propuesta más riesgosa. En algunas áreas, ambos bancos compiten cabeza a cabeza. Goldman ha sido el asesor mundial número uno en materia de fusiones y adquisiciones durante una década, según el ranking de Thomson Reuters, salvo en 2009 y 2010 en que fue desplazado por Morgan Stanley.
Goldman y Morgan Stanley han ocupado el puesto número uno o dos en colocación de acciones durante tres de los últimos cuatro años: Morgan Stanley tomó la delantera en la oferta pública de Facebook en 2012 y Goldman con Twitter el año pasado. El último trimestre, Morgan Stanley superó a Goldman en materia de negociación de títulos.
Pero hay dos diferencias de estrategia distintivas, que reflejan actitudes opuestas hacia la toma de riesgos y el valor de la banca minorista.
Morgan ha procurado generar capital libre -con la intención de devolverlo a sus accionistas- sacándolo de áreas ávidas de capital de las operaciones de renta fija. Su negociación de commodities físicas estuvo a la venta durante más de un año y recientemente acordó vender una participación a Rosneft, el productor de petróleo ruso. Y en muchas otras áreas de negociación, Goldman no cambia de opinión, es decir, no venderá su negocio de commodities. Algunos ejecutivos incluso hablan de expandirlo para beneficiarse con la capitulación de sus rivales.
Una vez más Goldman va por el camino que históricamente recorrió, pero no es el camino por el que los reguladores quisieran que vaya, afirma Brad Hintz, analista de Alliance Bernstein.
Agrega: Por donde se lo mire, Goldman Sachs es el mejor operador. Pero Hintz advierte: Como los reguladores son mucho más entrometidos, casi tenemos la certeza matemática de que el futuro desempeño de Goldman será inferior. El mejor operador no será tanto mejor que el operador promedio.
Juzgar el impacto de las reglamentaciones que aún se están introduciendo en forma paulatina presenta un desafío particular a Goldman.
Es muy difícil retirarse preventivamente, salvo que uno crea que el panorama de reglamentaciones hace que las cosas sean insostenibles, afirma un ex ejecutivo senior de Goldman. En cierto modo, para otras firmas fue más fácil. Para Goldman es más difícil correrse.
En noviembre, Blankfein observó que los bancos de inversión más débiles podrían estar considerando cambios estratégicos más grandes y entornos de operaciones difíciles" podrían provocar reacciones exageradas en equipos de gestión. Sin embargo, con una franquicia sólida y antecedentes de ingresos superiores, reaccionar en forma exagerada puede ser la actitud más peligrosa.
Algunos de los empleados de Morgan Stanley se desilusionaron por el énfasis en reducir riesgos. Es la falacia de achicar el camino a la prosperidad: se pierde diversificación y, lo que es más importante, se sale perdiendo. . . podría denominarse 'ciclicidad', dice un ex ejecutivo. Esto captura a la perfección el mensaje de Blankfein: cuando el ciclo gira, te das cuenta que ya no eres un actor en negocios que de repente son lucrativos.
Ruth Porat, presidente financiera de Morgan Stanley, tuvo éxito en el trabajo minucioso de reconstruir la confianza en la capacidad del banco para resistir un estallido. Junto con Gorman, parte de su papel consiste en refutar la idea de que Morgan Stanley dejó de asumir riesgos.
Durante 76 años fuimos una empresa de títulos institucionales", afirma. "La renta fija es una parte importante de nuestro negocio en títulos valores institucionales. Pero también dejamos claro cuánto capital vamos a colocar.
Sin embargo, hay una diferencia aún mayor en las actitudes de los dos bancos hacia la distribución minorista. Los clientes de Goldman son mayormente corporaciones, fondos de cobertura y unos pocos individuos ultrarricos. Además de esos mismos tipos de clientes, Morgan tiene ahora 16.500 asesores financieros que atienden a una franja mucho más amplia de inversores estadounidenses, que podrían tener u$s 200.000 en lugar de u$s 200 millones.
Compró Smith Barney del Citigroup el año pasado. Los dos habían luchado por el precio y la última valuación -u$s 13.500 millones- ahora se considera una ganga para Morgan Stanley ya que los márgenes mejoraron rápidamente después de que se cerró el acuerdo.
Ahora rebautizada como Morgan Stanley Wealth Management, la empresa tiene más de un propósito. Los clientes pagan comisiones por el asesoramento y los productos vendidos por los corredores. Y también traen depósitos. Durante la crisis, Goldman y Morgan Stanley carecían del cómodo manto de financiación barata presentada por clientes habituales que dejan dinero en el banco, de lo que competidores como JPMorgan se beneficiaron. Ahora los depósitos de Morgan Stanley lo convierten en el décimo banco más grande del país.
Los banqueros de inversión de Morgan Stanley que cortejan a empresas en materia de ofertas de deuda y capital también pueden promocionarla como una red de distribución. Esta característica incluso trajo a Blankfein a Morgan Stanley dado que este utilizó la plataforma de su rival para vender un fondo de inversión Goldman a inversores.
Hace unas semanas, para celebrar la ocasión y explicar el fondo, Blankfein se reunió a almorzar con banqueros y corredores de Morgan Stanley. Un asesor le preguntó si Goldman quería una plataforma minorista propia. Según varias fuentes, dijo que Goldman había tomado hacía años la decisión de seguir siendo una firma institucional y ya era demasiado tarde para cambiar.
La gente de Morgan Stanley puede detectar un aire melancólico en ese tipo de comentarios, creyendo que a su gran rival le encantaría un canal de distribución minorista. La gente de Goldman no detecta nada por el estilo, y señala que el negocio de corretaje minorista tiene sus desventajas, empezando por la posibilidad de que ocurran problemas normativos debido a la tentación de los asesores para impulsar productos inadecuados que inflan sus bonos. Y los costos de la industria son estructuralmente altos.
En sus momentos caritativos, los banqueros de Goldman y Morgan Stanley pueden ver un mundo en el que ambas estrategias prosperan. Pero la mayoría de las veces ven más oportunidades para que el otro fracase.
La reevaluación del mercado de Morgan Stanley es un fenómeno reciente. Si los reguladores de la Reserva Federal se interponen en el camino de Morgan Stanley aumentando su dividendo o realizando recompras de acciones -o si sucede algún problema operativo- la recompensa de esta fe renovada será difícil de alcanzar. En una nueva crisis, Morgan Stanley podría incluso verse más vulnerable que Goldman a pesar de contar con una nueva fuente de fortaleza: una alianza con Mitsubishi UFJ Financial Group, el banco japonés que es el mayor accionista de Morgan Stanley.
La división de gestión de patrimonios de Morgan Stanley estuvo plagada de problemas tecnológicos y los u$s135.000 millones en depósitos de clientes son bárbaros siempre y cuando se les pueda dar un uso rentable. Muchos bancos obtuvieron tasas de retorno de inversión muy pobres debido a las tasas de interés sumamente bajas y, si Morgan Stanley decide invertir los fondos en forma de préstamos, podría tomar malas decisiones y sufrir grandes pérdidas de crédito.
La división de renta fija se ha reducido y, a pesar de que todo el sector está pasando por tiempos difíciles, Morgan Stanley podría verse privado de un aumento de los ingresos cuando ocurra una recuperación. Los clientes que se encuentran con una empresa menos dispuesta a conceder liquidez o proporcionar una gama completa de productos podrían buscar otro lugar.
Goldman podría incluso descubrir que el nuevo entorno normativo es demasiado duro para que algunos de sus negocios prosperen. Las normas de capital de Basilea III vuelven a los activos de riesgo menos rentables. La regla Volcker prohíbe operaciones por cuenta propia. Goldman se enfrentará a cuestionamientos persistentes de parte de reguladores y políticos acerca de si su decisión de asumir riesgos es, en efecto, en nombre de clientes o si la empresa está logrando -como lo ha hecho desde siempre-apostar sus fondos propios.
El problema de la gestión de los conflictos de intereses en Goldman es también una amenaza normativa, jurídica y política permanente. Durante gran parte del período posterior a la crisis Goldman tuvo que defenderse de los cuestionamientos acerca de si se aprovecha de los conflictos de intereses.
Traducción: Viviana L. Fernández














