
Crece la cantidad de graduados de MBA que optan por carreras no relacionadas con la banca de inversión. La tendencia se debe a que el atractivo de las elevadas gratificaciones anuales quedó oculto bajo la inseguridad laboral que se vive en este sector que lucha por adaptarse a los cambios regulatorios.
Las estadísticas indican que es constante la disminución de profesionales con maestrías en administración de empresas que buscan trabajo en bancos de inversión. La escuela Wharton de la Universidad de Pennsylvania, considerada la cinta transportadora hacia Wall Street, el año pasado envió 16,6% de su promoción de alumnos a bancos de inversión, comparado con más de 25% en 2008. El patrón se repite en otras grandes escuelas de negocios.
La cantidad de estudiantes que entran en el área de servicios financieros se mantuvo estable, pero lo que cambió fue el tipo de funciones, contó Maryellen Lamb, director de carrera en Wharton. Hemos visto mayores oportunidades para estudiantes en funciones de private equity y hedge funds.
Para quienes deciden seguir en Wall Street, los paquetes salariales se han reducido, pero no llegaron a niveles penosos. Un graduado que aterriza en JPMorgan Chase, Goldman o Morgan Stanley puede ganar entre u$s 60.000 y 70.000 en su primer año, con un potencial bonus de uno a dos salarios. Los MBA en general cobran un sueldo de entre u$s 90.000 y u$s 100.000 con gratificaciones similares.
También hay cierto debate sobre si Occupy Wall Street, el movimiento contra los bancos, influye en los estudiantes al momento de elegir dónde trabajar.
En la Escuela de Negocios de Harvard, la proporción de MBA que este año ingresó a la banca de inversión cayó de 10% a 7%. Y la cantidad que prefirió el área de consultoría, un 29%, fue la más alta en nueve años.











