
Los trabajadores de Europa deben tener cuidado. Su empleador quizás tenga derecho a leer sus emails y mensajes instantáneos personales enviados desde la oficina.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló que una compañía de Rumania no violó los derechos a la privacidad de un empleado cuando hizo un seguimiento de su cuenta de Yahoo Messenger.
El empleador del hombre lo despidió en 2007 después de presentarle 45 páginas con transcripciones de mensajes que había intercambiado con su hermano y su novia durante horario laboral y desde una computadora de trabajo.
Había creado la cuenta Yahoo a pedido de su empleador para chatear con clientes profesionales, pero tenía prohibido usarla para cuestiones personales.
El oficinista denunció a su empleador por violación a su derecho a la privacidad, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos concluyó que "es razonable que un empleador quiera verificar que los empleados estén cumpliendo con sus tareas profesionales durante el horario laboral".
Los jueces aseguraron que el empleador no había metido las narices en otros documentos de su computadora, y había accedido a los mensajes de Yahoo suponiendo que estaban relacionados con su actividad laboral.
La privacidad dentro del lugar de trabajo se está convirtiendo en un tema cada vez más polémico dado que la tecnología desdibuja la línea que divide el trabajo de la vida personal.
Algunas compañías permiten que los empleados accedan a los emails laborales desde sus teléfonos móviles personales, mientras que otros autorizan el uso de los celulares laborales para llamados y textos personales.
Uno de los siete jueces, Paulo Sérgio Pinto, no está de acuerdo con el fallo. "Los trabajadores no abandonan su derecho a la privacidad y protección de datos cada mañana cuando entran a las oficinas", escribió. "Aún cuando haya sospechas de que los recursos informáticos del empleador se usan para fines personales. .. el derecho del empleador a interferir con las comunicaciones del empleado no es irrestricto".
Jules Quinn, del estudio jurídico King & Spalding, dijo que el caso debería servir como advertencia para los trabajadores. "Pobre del empleado que piensa que puede usar un sistema laboral, mezclar el tráfico personal y de trabajo", dijo.
Sin embargo, Ben Willmott, director de política pública en CIPD, la asociación de profesionales de Recursos Humanos, advirtió que la decisión "no es una luz verde para que las empresas comiencen a husmear a sus empleados".











