
Los precios del petróleo encontraron cierta estabilidad después de la precipitada caída de la semana pasada. No obstante, las repercusiones de la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no disminuir la producción todavía resuenan en los mercados cambiarios.
Entre las víctimas más claras de la determinación del cartel de mantener su participación de mercado se encuentran las monedas de los exportadores de crudo de mercados emergentes. El rublo ruso, que perdió más de una tercera parte de su valor contra el dólar estadounidense desde comienzos de año, sufrió ayer su mayor caída diaria desde la crisis de 1998 antes de que una recuperación parcial lleve a los operadores bursátiles a sospechar de una intervención del banco central.
El banco central de Nigeria está teniendo problemas para mantener su moneda, el naira, dentro de la banda de fluctuación fijada solo la semana pasada. La entidad cedió a la presión del mercado y anunció una devaluación de 8%. Los controles cambiarios en Venezuela también enfrentan fuertes tensiones, con el valor del dólar en el mercado negro muy alejado a los tipos de cambio oficiales.
Sufren los efectos hasta las monedas de las economías más estables como Malasia, con el ringgit en descenso a un ritmo visto por última vez durante la crisis asiática de 1997-98.
Por el contrario, los países importadores de petróleo, como Turquía, se están beneficiando con la actual situación. El banco central turco anunció la semana pasada que está reduciendo las subastas en moneda extranjera. Pero los avances de la lira y de las monedas de países en posición similar son mucho más modestos que los derrumbes registrados en las divisas de productores de commodities.
La presión también es evidente en los mercados de deuda: el rendimiento de los bonos venezolanos en dólares con vencimiento 2027 trepó a 19,89% ayer, casi el doble del nivel del verano boreal. Mientras tanto, el rendimiento del bono ruso en dólares 2018 subió a 10,24% comparado con el 7% de comienzo de año, con el costo de asegurar su deuda soberana contra defaults en su punto más alto en tres año.
Los inversores corrieron a vender las monedas de los exportadores de commodities del mundo desarrollado. El dólar canadiense retrocedió 4% contra el dólar estadounidense en los últimos tres meses, y la corona noruega descendió 10,6%.
Muchos analistas advierten que estas tendencias todavía avanzarán más. "La OPEP está tratando de exprimir a los productores de petróleo shale y ellos están comprometidos con eso en el largo plazo", aseguró Peter Kinsella, estratega de Commerzbank. "La debilidad de los precios de los commodities subyacentes no desaparecerá en el corto plazo", agregó.
Ian Stannard, estratega de Morgan Stanley, sostiene que la menor inversión en el sector petrolero perjudicará en gran medida a la economía de Noruega, mientras que Marc Chandler, estratega de Brown Brothers Harriman, advierte sobre los efectos secundarios sobre la economía canadiense, "al punto que algunas áreas del mercado de bienes raíces y de la deuda para consumo se armaron en base a precios altos para el petróleo", contó.
Pero los efectos del derrumbe de la cotización del crudo van más allá de la fuerte reacción en las monedas de países productores de commodities. La baja de los precios de la energía, que tienden a ir acompañados por un dólar más sólido, elevará el poder de gasto de los consumidores en muchas de las economías más grandes. También reforzará una de las preocupaciones centrales de las autoridades que definen políticas desde en EE.UU hasta Japón: la tendencia desinflacionaria que está impulsando la divergencia en la política monetaria global y causando la apreciación del dólar.
"Las autoridades norteamericanas que fijan políticas probablemente hagan hincapié en impulsar el crecimiento (global y de Estados Unidos)", aseguró Chandler. "Por otro lado, los funcionarios europeos y japoneses encontrarán . . . un obstáculo adicional en su misión de frenar las fuerzas desinflacionarias y deflacionarias".
Con inversores que creen que la eurozona caerá en deflación en un año, algunos estrategas de monedas piensan que el Banco Central Europeo podría mostrar su intensión de ablandar más su política monetaria cuando se reúna esta semana. "El QE (flexibilización cuantitativa) del BCE en el primer trimestre del año próximo es prácticamente un hecho", afirmó Kinsella.
El petróleo más barato también permite a Japón ablandar más su política monetaria, porque compensaría el golpe al poder de gasto de los hogares provocado por el debilitamiento del yen.
Pero David Bloom, estratega de HSBC, sostiene que está lejos de estar claro cómo responderán los consumidores norteamericanos a los menores precios del petróleo, un factor que podría determinar el rumbo de la política monetaria del país y la trayectoria del dólar en 2015.
"¿Consumirán o ahorrarán? Cuál es la inclinación a gastar en los países consumidores de petróleo? No lo sabemos" aseguró.











