Cientos de científicos de la planta de investigación y desarrollo que tiene Pfizer en Sandwich, en el sudeste de Inglaterra, se están preparando para pasar un frío invierno: saben que en los próximos meses tendrán que relocalizarse, cambiar de carrera o perder el empleo.

Desde que los inversores expresaron sus dudas sobre los retornos que dejan el desarrollo de drogas, los investigadores del sector farmacéutico de Europa y América del Norte sienten el fuerte recorte de costos.

Los múltiplos precio/ganancia de los grandes grupos farmacéuticos que venden medicamentos innovadores son similares a los que muestran los fabricantes de químicos sueltos, y actualmente son muy inferiores comparado con diez años atrás.

Las valuaciones de las compañías del sector se basan casi totalmente en los ingresos que generarán los medicamentos que se comercializan actualmente, y no otorgan ningún valor a los productos en desarrollo que todavía no fueron lanzados al mercado.

Ese escepticismo frustra a los CEOs y a los empleados del sector, porque ellos aseguran que sus esfuerzos por impulsar la innovación y los medicamentos experimentales son mucho mayores que hace unos años.

Tenemos seis medicamentos que se presentarán para aprobación en los próximos nueve meses, y hasta 19 para 2015, comentó Chris Viehbacher, director de Sanofi. Si decepcionamos en investigación y desarrollo (I&D), el precio de la acción cae. Si tenemos éxito, no sube, agregó.

Sin embargo, al igual que le ocurre a sus colegas de Merck, AstraZeneca y GlaxoSmithKline la presión de los inversores lo llevó a introducir medidas para recortar los fondos para I&D y tratar de mejorar la eficiencia por medio de otros acuerdos externos y menos inversión fija en laboratorios propios y personal en relación de dependencia.

Las actuales valuaciones suponen que tenemos diez años más y se acaba todo, comentó Severin Schwan, responsable de Roche, que anunció medidas operativas de excelencia para bajar costos aunque hizo hincapié en que continuará la inversión en I&D.

La dificultad que enfrentan los líderes es que si bien sigue siendo reducida la cantidad de medicamentos nuevos que obtuvieron la aprobación y fueron introducidos al mercado, los costos aumentaron gradualmente.

Una reciente estimación de la consultora KPMG indica que el retorno sobre la inversión en I&D se redujo a la mitad desde 1990 en las 30 compañías farmacéuticas más importantes, y que el 10% del año pasado fue apenas suficiente para cubrir su costo de capital.

Un análisis distinto de Deutsche Bank sobre los siete laboratorios más grandes de Europa indica que invirtieron u$s 161.000 millones en I&D durante el período 2007-2011 para producir medicamentos con un valor neto actual de sólo u$s 86.000 millones. Sólo uno, Novartis, generó más de lo que invirtió, y GlaxoSmithKline y Bayer recuperaron una significativa proporción de sus costos. AstraZeneca tuvo el peor desempeño.

Un asesor de la industria sostiene que los ejecutivos del sector sobreestiman no sólo las probabilidades de que sus drogas experimentales sean aprobadas, sino también los ingresos que se generarán con ellas. Y eso sucede en un momento en que los sistemas de salud hacen controles cada vez más exhaustivos y se muestran reacios a pagar precios altos o a comprar grandes volúmenes.

Aún así, los analistas de Deutsche Bank creen que los actuales niveles de pesimismo entre los inversores quizás sean exagerados. Si bien cantidad no es calidad, nuevamente hay más proyectos en curso. Pronostican que con 67 medicamentos actualmente en la última etapa de desarrollo, las grandes compañías europeas lanzarán productos que les generarán ventas por u$s 30.000 millones en 2014, lo que compensará la pérdida de ingresos por u$s 27.000 millones cuando en 2015 expiren patentes de medicamentos propios.

Es cierto que el sector podría empezar a ver un resurgimiento de la productividad. Pero eso deja otro problema. Para la mayoría de las compañías, hasta un medicamento que sea un gran éxito y que genere en ventas u$s 1.000 millones o más por año sólo elevará modestamente las ganancias.