
La personal trainer brasileña Cau Saad siempre apuntó hacia arriba; entrena a pilotos de la Nascar en Indianapolis y desarrolló una exclusiva clientela en Miami. Ahora trabaja con sus clientes en helipuertos ubicados en rascacielos de San Pablo, aprovechando los espacios al aire libre que quedaron en desuso debido a la profunda recesión de Brasil.
"El paisaje de San Pablo está cambiando", contó. "Ha sido una increíble oportunidad.. se eleva la mente, el espíritu, el cuerpo, cuando se está casi tocando el cielo".
En 2012, había 2.300 despegues y aterrizajes de helicópteros en San Pablo, más que en Nueva York o Tokio, según Arthur Fioratti de la Asociación Brasileña de Pilotos de Helicóptero.
Durante el auge económico de los commodities, los ejecutivos ricos se trasladaban entre enclaves con playa y sus reuniones de negocios volando sobre la Avenida Faria Lima, el equivalente de Wall Street en San Pablo, para evitar las congestionadas calles de esta megalópolis de 21 millones de habitantes.
Había un chiste que decía que en la Avenida Paulista la principal de San Pablo había más helipuertos que paradas de colectivo después de que el número de pistas de aterrizaje nuevas en el estado se disparó de 437 en 2007 a 725 en 2015, según la agencia de aviación nacional.
Pero el crecimiento anual cayó el año pasado por primera vez en una década, y la cantidad de vuelos en helipuerto disminuyó a cerca de 1500. "La gente terminó usando los espacios en desuso para otras actividades", explicó Fioratti.
El menor uso de helicópteros se debe al doble revés que provocaron la peor recesión de la historia y los escándalos de corrupción en los que están involucrados la petrolera estatal Petrobras, el gigante de la construcción Odebrecht y el frigorífico JBS. Todo eso sacudió a las élites políticas y empresarias del país.
El antes próspero comercio de helicópteros en San Pablo se vio golpeado, dijo Rogério Andrade, uno de los clientes de Saad y presidente de Avantto, una compañía que ofrece propiedad parcial y administración de 27 helicópteros a 400 usuarios. El número de horas que vuelan sus clientes descendió 20% desde 2015, contó.
"La cantidad de nuevos multimillonarios que se pueden dar el lujo de ahorrar tiempo volando en helicóptero ha disminuido en los últimos años", explicó Andrade.
Dominique Andreani, vicepresidente de Helibras, una subsidiaria de Eurocopter en Brasil, no cree que que la situación cambie pronto.
"La incertidumbre económica y política que vive el país es la principal razón por la que se usan menos las naves operativas y se posponen los planes de adquisiciones nuevas".
Las ventas de Helibras cayeron de unas 30 unidades en 2014 a prácticamente 20 en 2015. "En 2016, tuvimos una gran reducción de las ventas," agregó sin brindar detalles.
"Un mes atrás el nivel de optimismo era diferente", dio Andrade. En realidad, mientras la economía mostraba señales de estar saliendo de la recesión, el último escándalo de corrupción que involucra al presidente Michel Temer y al ex presidente de JBS nos cayó como un "balde de agua fría y ahí me di cuenta que el optimismo de todos se había enfriado," agregó.
Los empresarios temen que los problemas en los que está atrapado Temer detengan su programa de reformas diseñado para reactivar la economía. Si eso sucediera, la infinidad de helipuertos de San Pablo podrían convertirse en espacios con diferentes propósitos como cócteles de casamiento, clases de gimnasia y práctica de yoga.
Saad reconoce que la crisis ha sido una inesperada bendición para ella. Pero dice que se dio cuenta de que "estar allá arriba te eleva, hace que uno se olvide de todos los problemas".













