Acérquense, vengan y compren sus bonos venezolanos.

Ese parece ser el mensaje del ministro de Petróleo venezolano Rafael Ramirez, que el martes dijo que la petrolera estatal Petróleo de Venezuela S.A. (Pdvsa) emitirá esta semana bonos por u$s 4.500 millones.

Con la cercanía de las elecciones municipales, que tendrán lugar el 8 de diciembre, el anuncio confirma las sospechas de que el presidente Nicolás Maduro, cuya popularidad viene en constante caída desde que asumió hace seis meses, gastará lo que considere necesario para ganar votos.

Venezuela, que viene sufriendo una generalizada escasez de artículos de primera necesidad como papel higiénico, y una fuerte caída de sus reservas en moneda dura, está teniendo problemas para elevar la oferta de dólares necesaria pagar las importaciones.

En un intento por contener la galopante inflación del país, que ahora se ubica en 54,3% anual, Maduro la semana pasada mandó a los militares a tomar el control de Daka, una importante tienda de electrodomésticos de Venezuela, acusándola de tener precios excesivos, y aseguró que la obligaría a vender todo a precios justos.

Que Pdvsa emita deuda no sorprende a nadie, teniendo en cuenta que en los últimos años el gobierno ha saqueado las ganancias de la compañía con fines políticos.

Pero la pregunta es quién querría realmente participar de la emisión de bonos en este momento en que los inversores están deshaciéndose de los bonos venezolanos, en medio de una creciente preocupación por el deterioro de la economía.

Los rendimientos de los bonos de referencia de Pdvsa con vencimiento 2022 se dispararon más de 18%, o más de 220 puntos básicos, a 15,25% en lo que va de noviembre.

Pdvsa está emitiendo en un muy mal momento y casi seguramente tendrá que pagar un cupón elevado de entre 12% y 13%, porque el mercado está reaccionando negativamente a los anuncios de Maduro, señaló a Bloomberg Asdrubal Oliveros, director de la consultora Ecoanalitica, que tiene su sede central en Caracas.

La pregunta es qué tan mal están las cosas. Los analistas de Barclays creen que la situación podría haber llegado a un punto de no retorno: Si bien las autoridades todavía expresan voluntad para hacer algunos ajustes a la política económica después de las elecciones de diciembre, en este momento creemos que las acciones del gobierno podrían ser demasiado pequeñas y llegar demasiado tarde para poder corregir las grandes distorsiones que afectan al país. La demora en la implementación de los ajustes exacerbó los desequilibrios a tales niveles que están debilitando el sistema de precios y la actividad económica (el tipo de cambio no oficial es casi diez veces superior al tipo de cambio oficial). La economía necesitaría un ajuste que provocará una gran contracción, lo que implicaría un alto costo político para el gobierno... Creemos que la situación política y económica cada vez más incierta seguirá ejerciendo presión sobre los activos venezolanos, dice Barclays.

Tal como se suele decir: será por cuenta y riesgo del comprador.