
Los optimistas en cuanto al dólar están en retirada. Durante gran parte del año pasado, los inversores insistieron en que la próxima gran tendencia en los mercados de divisas sería el resurgimiento de la moneda estadounidense. Sin embargo, el dólar terminó siendo la mayor víctima del drama en Washington sobre el techo de la deuda.
Desde el acuerdo a última hora de la semana pasada para extender el techo de la deuda (y evitar un posible default soberano) el dólar ha caído frente a casi todas las principales divisas y se mantiene cerca del nivel más bajo en ocho meses contra una canasta de seis de sus principales rivales.
Los analistas consultados por Bloomberg esperan que el dólar se fortalezca en el largo plazo, pero el pronóstico promedio para 2015 disminuyó 4% desde principios de junio.
La pregunta es si esta reciente debilidad representa una retirada táctica de los inversores mientras calculan cuánto tiempo la interrupción de este mes retrasará la reducción del estímulo monetario de emergencia de la Reserva Federal o, lo que preocupa más, si la reputación del dólar como moneda de reserva se vio dañada en el largo plazo.
El espectáculo de gobierno disfuncional claramente fortaleció el deseo de los países con grandes reservas extranjeras de depender menos del dólar. Mientras las conversaciones se acercaban a la fecha límite, China y Japón, lejos los mayores tenedores de bonos del Tesoro estadounidense, expresaron a Washington sus preocupación por el valor de sus inversiones.
Ksenia Yudaeva, vice presidente del banco central de Rusia, fue más explícita cuando la semana pasada declaró: Podríamos considerar otras divisas. No podemos reducir (la porción de bonos del Tesoro) rápidamente, pero, en algún momento, estaremos considerando otros instrumentos.
Muchos analistas desestiman tales comentarios afirmando que rara vez se convierten en medidas.
Los principales agentes acá, en los bancos centrales, se mueven a una velocidad glacial y tienen pocas alternativas convincentes, escribieron los estrategas de Brown Brothers Hariman, mientras JPMorgan observó que peleas fiscales previas nunca lograron generar un cambio durable en las compras de títulos del Tesoro por parte de los bancos centrales.
Los ajustes que han realizado algunos bancos centrales sugieren una erosión gradual del rol del dólar en los mercados de capital, en vez de una amenaza inmediata a su dominio.
Más importante para el desempeño del dólar en el corto plazo será el flujo de datos económicos que determinarán la decisión de la Fed sobre el cronograma de la reducción del alivio. Pero los inversores, muchos de ellos sin dinero después de las idas y venidas de la política monetaria de Estados Unidos, están listos para aprovechar la debilidad del dólar.
Los datos proporcionados por el Fondo Monetario Internacional sobre la composición de las reservas de los bancos centrales muestran que las autoridades están aumentando las tenencias de euros desde que volvió la confianza en el segundo trimestre de 2012.
Algunos analistas sostienen que la diversificación se debe en parte a la reciente solidez de la libra esterlina y de la moneda única.











