
Cuando La Habana realice su feria anual de comercio exterior el mes próximo, los funcionarios seguramente mencionarán la nueva terminal de contenedores y zona franca de Cuba, la primera iniciativa estratégica que en décadas toma la isla comunista para unirse a la economía internacional.
Además, si bien La Habana normalmente trata el evento como una oportunidad de poner sus narices en Estados Unidos, este año el nuevo puerto podría cambiar el habitual manual de estrategia. Eso se debe al ambicioso proyecto de u$s 900 millones, construido en el puerto Mariel sobre la costa norte de Cuba y a sólo 120 millas de Florida, parece pensado con la idea de que finalizará el embargo estadounidense vigente hace 53 años.
Como no hay señales de que eso suceda en el corto plazo, pese a algunas señales de que Cuba quiere una relación más pragmática con Estados Unidos, los analistas sostienen que La Habana, tendrá que contar con los gobiernos amigos de la región y Asia para compensar ese evidente agujero en el modelo de negocio del proyecto, al menos durante sus primeras etapas.
Estados Unidos es el mercado natural para las exportaciones y transbordos de la zona franca de Mariel, aseguró Richard Feinberg, profesor del Brookings Institution y autor de varios estudios cubanos. Mientras tanto, otros gobiernos amigos, como los de Brasil, México, China y Singapur, podrían alentar a sus firmas a que hagan inversiones modestas.
La terminal de contenedores Mariel (que fue construida por la compañía brasileña Odebrecht y parcialmente financiada con préstamos para desarrollo brasileños y es operada por PSA de Singapur), forma parte de un proyecto más grande que abarcará todas las instalaciones del puerto de La Habana, y convertirá la Bahía de La Habana en lo que podría ser un parque recreativo y turístico espectacular.
Sin embargo, también refleja cambios más grandes en las costas norteamericanas y caribeñas. La ampliación del Canal de Panamá está llevando a muchas autoridades portuarias regionales a mejorar sus instalaciones para acomodar buques contenedores de mayor tamaño. La bahía de Mariel fue dragada para poder recibir embarcaciones con el doble de calado que en el puerto de La Habana, mientras que el puerto mismo de Mariel, ubicado a 45 kilómetros de la capital, tendrá un embarcadero de 700 metros y capacidad para un millón de contenedores, tres veces más que La Habana.











