Más de 70 pequeñas ciudades y condados en China abandonaron el PBI como manera de medir el desempeño de los funcionarios del gobierno, en un esfuerzo por girar el foco hacia la protección ambiental y reducción de la pobreza.

La iniciativa es una de las primeras señales concretas de que China está cambiando su ciega búsqueda de crecimiento económico, por medidas tendientes a mejorar la calidad de vida.

Los analistas sostienen que medir el desempeño en base al PBI lleva a la degradación del medio ambiente y al crecimiento urbano porque los funcionarios impulsan la industria pesada y permiten que terrenos agrícolas se conviertan en desarrollos inmobiliarios.

Usar el PBI como principal parámetro de evaluación ha provocado un montón de inconvenientes, como la distribución desigual de los ingresos, problemas con el sistema de beneficios sociales y costos ambientales, explicó Xie Yaxuan, director de análisis macroeconómico en China Merchants Securities.

Hebei, una provincia siderúrgica ubicada al norte de Beijing, y Ningxia, región de una minoría étnica empobrecida que se encuentra en el noroeste de China, abandonaron la medición basada en el PBI para los condados y ciudades pobres, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.

En cambio, se evaluará en base a cómo mejora el estándar de vida de los residentes pobres y cómo disminuye la pobreza. Ya se no puede sólo usar las tasas de crecimiento del PBI para decidir quiénes son los héroes, dijo el presidente chino Xi Jinping a los líderes del parlamento en junio. No está claro si el cambio se aplicará en las ciudades más grandes y ricas, donde se han armado fuertes redes de clientes entre los funcionarios de gobierno y las industrias tradicionales, las cuales se han beneficiado en gran medida con el antiguo modelo de crecimiento.

Los funcionarios en esas ciudades han construido carreras exitosas basadas en la evaluación del PBI, lo cual hace difícil ajustar el foco puesto en esa política. Uno es Zhang Gaoli que subió el PBI de la ciudad de Tianjin con inmensos proyectos inmobiliarios, como el Distrito Federal Yuijapu, un laberinto de rascacielos concebido como la respuesta de China a Manhattan. Pero hoy muchos de esos edificios están casi vacíos y este año el crecimiento de Tianjin ha disminuido.