
La trama parecía muy simple cuando empezó el año. Las acciones subían debido al optimismo por la recuperación económica mundial; se esperaba que los rendimientos de los bonos estadounidenses y alemanes aumentaran lentamente a medida que la Reserva Federal aminorara sus compras de activos. Los inversores armaron sus posiciones en consecuencia.
Pero luego, la trama mostró giros inesperados y desconcertantes. A cinco semanas del inicio de 2014, los mercados se tambalean debido a una nueva agitación, especialmente en las economías emergentes. El índice FTSE All-World retrocedió casi 5%; el Nikkei 225 cayó 13%. En vez de subir, los rendimientos sobre los bonos del Tesoro a 10 años cayeron casi medio punto porcentual, un movimiento grande para un mercado habitualmente estable.
La pregunta es qué salió mal. Los inversores ofrecieron muchas explicaciones diferentes (lo que probablemente haya sumado nerviosismo) y los experimentos de política monetaria sin precedentes en bancos centrales confunden significativamente el argumento. La volatilidad del mercado indica la mayor incertidumbre de los inversores sobre si eso es sólo una corrección, o son las primeras fases de la próxima crisis financiera. Las cosas salieron mal pero el fin del mundo no está necesariamente cerca. Esta es una breve guía de lo que piensa el mercado.Proceso de reversiónInicialmente veíamos que los problemas idiosincráticos del mercado emergente se agravaban con los planes de la Fed de recortar el estímulo monetario. La decisión del banco central argentino de dejar de respaldar el peso provocó una caída precipitosa de su moneda, lo que conmocionó a otras economías en desarrollo, especialmente las que más dependen del capital extranjero, porque las acciones de la Fed amenazan con restringirlo. Los problemas eran idiosincráticos porque no estaban a la escala de la crisis asiática de 1997 y se concentraron en unos pocos países con evidentes debilidades. Pero el impacto negativo en el ánimo de los inversores se propagó.
Durante los años de crisis, la flexibilización cuantitativa deliberadamente llevó a los inversores a elegir activos o sectores más riesgosos, como acciones y mercados emergentes. Lógicamente, la decisión de la Fed de desactivar gradualmente las compras de activos, anunciada en diciembre, haría revertir ese proceso. Y parece haber sucedido eso. Mientras los inversores buscaban refugios, cayeron los rendimientos de los bonos alemanes y la deuda del Tesoro estadounidense. La pregunta es porqué no hubo una fuerte liquidación de bonos de países de la periferia de la eurozona golpeados por la crisis. La deuda de España e Italia son algunos de los más beneficiados por la cacería de rendimiento que emprendieron los inversores. En lo que va del año, la recuperación siguió adelante sin grandes interrupciones.Demasiado consensoUna explicación es que las perspectivas de la eurozona habían mejorado de modo que hasta los mercados de deuda de las economías de la periferia pasaron a ser relativos refugios. Una alternativa es que después de las poderosas recuperaciones del año pasado, los mercados de acciones de EE.UU y de Europa quedaron vulnerables a una tardía corrección.
Los estrategas del mercado lamentan no haber detectado el peligroso grado de consenso a principios de año sobre cómo se desarrollaría el 2014.
La agitación del mercado emergente quizás brindó el disparador para la corrección en las acciones o quizás fueron los datos económicos débiles de EE.UU., que generan dudas sobre la solidez de la recuperación del país y el momento elegido por la Fed para reducir las compras de activos.
Mientras tanto, están los temores por el menor crecimiento de la economía china. El nerviosismo de este año se intensificó al debilitarse los índices de gerentes de compras en la segunda economía del mundo.
Más alarmante fue el casi default el mes pasado de una compañía de fondos fiduciarios, que se evitó a último momento pero dejó grandes interrogantes sobre cómo hará China para controlar la masiva intermediación financiera no bancaria.
Es hacia China donde miran los mercados. La mayoría de las otras líneas argumentales se refieren a fenómenos temporarios que podrían disiparse. Pero la capacidad de las autoridades chinas de afianzar la economía del país podría ser crucial para evitar una liquidación global mucho peor y asegurarse de que la trama de los mercados financieros en 2014 tenga final feliz.











