Estados Unidos ha afirmado que el dominio de China sobre las tierras raras está llegando a su fin, con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, declarando al Financial Times en octubre que la influencia de Beijing sobre estos metales no durará más de 24 meses. El mes pasado, China endureció sus amplias restricciones a la exportación de tierras raras e imanes, utilizados en todo tipo de productos, desde autos eléctricos hasta refrigeradores, aunque el líder chino Xi Jinping acordó con el presidente estadounidense Donald Trump una prórroga temporal que mantendrá las medidas sin efecto durante otro año. El aumento de las tensiones comerciales ha llevado a los responsables de política económica en Washington a centrarse en la dependencia del país respecto de China para obtener estos minerales, mientras se acelera una carrera para desarrollar nuevas fuentes y plantas de procesamiento. Sin embargo, algunos observadores han puesto en duda el plazo de dos años de Bessent, dada la magnitud del control de China sobre el sector y la complejidad y el costo de construir las minas e instalaciones necesarias para reemplazar a los proveedores chinos. “Prometer uno o dos años es ingenuidad o propaganda”, señaló Tim Puko, director de materias primas de la consultora Eurasia Group. “No existe una manera realista para que Estados Unidos cumpla ese objetivo ahora”. Tras medio siglo de escasa inversión y regulaciones ambientales y de permisos más estrictas, Estados Unidos está inyectando fondos en empresas de tierras raras y minerales críticos con la esperanza de reactivar el sector a nivel interno. También ha intentado alinear a aliados como Australia y Japón en acuerdos sobre tierras raras. “Hay una comprensión mucho mayor de que este es un problema real desde el punto de vista geopolítico y de seguridad nacional, y que debe resolverse más allá de los alivios temporales”, dijo Thras Moraitis, director ejecutivo de Serra Verde, que desarrolla una mina de tierras raras en Brasil con financiamiento del gobierno estadounidense. En octubre, Estados Unidos y Australia acordaron invertir conjuntamente más de U$S 3.000 millones en proyectos de minerales críticos durante los próximos seis meses. Tras firmar el acuerdo con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, Trump declaró que “dentro de un año tendremos tantos minerales críticos y tierras raras que no sabremos qué hacer con ellos”. La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, anunció el jueves que su país y Estados Unidos estudiarán conjuntamente el desarrollo de minería de tierras raras en las aguas alrededor de la isla Minamitori, en el Pacífico, informó Reuters. Expertos sostienen que construir una cadena de suministro de tierras raras que excluya a China llevará muchos años, por lo que el plazo de dos años de Bessent para alcanzar la autosuficiencia es altamente optimista. El endurecimiento de los controles chinos ha servido, no obstante, para galvanizar a Estados Unidos y sus aliados, lo que podría acelerar el ritmo de desarrollo. Poner en marcha una nueva mina es un proceso largo, costoso y arriesgado. Los yacimientos recién descubiertos requieren años de estudio antes de decidir su explotación, y los permisos suelen demorarse. Además, obtener financiamiento es complicado, lo que retrasa aún más los plazos iniciales. “Veinticuatro meses para una desconexión total del suministro chino de tierras raras e imanes es ambicioso, y requeriría enormes montos de capital, permisos y capacitación laboral”, explicó David Merriman, director de investigación de Project Blue. Lynas, el mayor productor de tierras raras fuera de China, ha advertido sobre una “incertidumbre significativa” en su planta de procesamiento en Texas, donde los costos aumentaron por problemas de gestión de residuos y permisos. Otra duda es cómo podría sobrevivir financieramente una nueva cadena de suministro. Incluso si se construyen minas y fábricas, los operadores deberán competir con rivales chinos de bajo costo. El grupo químico belga Solvay planea comenzar a producir pequeñas cantidades de tierras raras pesadas en 2026, pero su director ejecutivo, Philippe Kehren, señaló que para “impulsar la cadena de valor en Europa” serán necesarios compradores y apoyo gubernamental que garanticen la rentabilidad de la inversión. Mientras tanto, el director ejecutivo del fabricante alemán de imanes VAC, Erik Eschen, dijo al FT que le preocupa que las restricciones chinas hayan generado un acopio de imanes que podría “inundar el mercado” y hacer caer los precios si se produce una distensión entre Estados Unidos y China. Estados Unidos cuenta con pocos mineros o refinadores activos a gran escala, con solo dos empresas produciendo de manera significativa: Energy Fuels y MP Materials. Ambas prometieron aumentar de forma considerable su producción de neodimio-praseodimio (NdPr), un compuesto ligero de tierras raras usado en imanes. El año pasado, EE.UU. importó unas 7.000 toneladas de imanes permanentes, según datos de importación. Sin embargo, el consumo interno supera ampliamente esa cifra: solo la industria automotriz necesita 42.000 toneladas al año. Dos fabricantes estadounidenses, Vulcan Elements y Noveon Magnetics, planean alcanzar una capacidad mínima de 10.000 toneladas anuales. Vulcan prevé llegar a “volúmenes significativos” para 2027, mientras que Noveon produce actualmente 2.000 toneladas. Una unidad de la alemana VAC, eVAC, espera comenzar los envíos este mes desde su nueva fábrica de imanes permanentes en Carolina del Sur. “Quiero aumentar la producción antes de Navidad”, dijo Eschen, agregando que General Motors es uno de sus clientes. Otros proyectos siguen en preparación. Ucore Rare Metals inició este año la construcción de su planta de separación en Luisiana y prevé producir pequeñas cantidades en 2026. Aunque varias empresas estadounidenses o asociadas han prometido desarrollar proyectos de minería, procesamiento y fabricación de imanes, expertos del sector afirman que la mayoría siguen siendo especulativos o no rentables sin precios más altos. “Creo que hay espacio para más jugadores y oferta, pero para llegar a eso en cinco o diez años harán falta precios sustancialmente más elevados”, afirmó James Litinsky, director ejecutivo de MP Materials. Agosto de 2025: Energy Fuels Inc, productora de óxidos de tierras raras, anunció un acuerdo para suministrar óxidos “ligeros” y “pesados” a Vulcan Elements, provenientes exclusivamente de minas estadounidenses. Agosto de 2025: Ucore firmó un contrato de suministro por 10 años con Critical Metals Corp, para procesar tierras raras de una mina en Groenlandia en su planta de Luisiana. Octubre de 2025: Pensana, que desarrolla una mina en Angola, acordó un contrato de cinco años con eVAC, que opera una planta de imanes en Carolina del Sur. Noviembre de 2025: ReElement Technologies, procesadora estadounidense, anunció una alianza con Vulcan Elements para ampliar la cadena nacional de suministro de imanes.