Con vista al mar, Ceiba Investments disfruta uno de los mejores espacios para oficinas de la capital cubana.

El Miramar Trade Center, que cuenta con Internet de alta velocidad, boutiques, agencias de viajes y bancos, es un extenso complejo de seis edificios modernos en una zona elegante de La Habana y alberga firmas constructoras internacionales, compañías petroleras rusas además de bancos y traders de Canadá y Europa.

Pero aun en este ambiente, no es nada fácil para las compañías extranjeras tener éxito en esta isla caribeña con larga historia bajo un régimen comunista y que apenas comienza a abrir su economía. Las compañías dicen que están abrumadas por las regulaciones locales y por las sanciones de EE.UU. relacionadas con las finanzas internacionales.

Ahora que las compañías norteamericanas empiezan a explorar nuevas oportunidades después de la histórica decisión de Cuba y EE.UU. de reanudar sus relaciones diplomáticas, pueden aprender mucho de aquellos que ya tienen un pie en la puerta. Grandes compañías internacionales como Bougyues, Nestlé y Anheuser-Busch Inbev tienen intereses en Cuba. Hay 200 proyectos de inversión en Cuba, que van desde inversiones conjuntas hasta acuerdos de gerenciamiento y exploración petrolera, según estadísticas del gobierno.

Pero mientras que muchos han tenido éxito, también han cerrado cerca del 60% de los negocios extranjeros desde la caída del comunismo en Europa Oriental, según estadísticas del gobierno. Hay analistas y diplomáticos que sostienen que el gobierno cubano forzó a algunas de esas empresas a irse del país.

"Cuba es uno de los pocos lugares en que cada inversión directa requiere la autorización de los más altos rangos del gobierno. Es diferente también puesto que casi todo pertenece al estado", dice Sabastiaan Berger, abogado corporativo holandés con más de 15 años de experiencia en Cuba y el director ejecutivo de Ceiba, cuyas inversiones incluyen el Miramar Trade Center y hoteles.

"¿Se pueden hacer negocios acá?", pregunta Cameron Young, abogado canadiense y socio hace tiempo de Berger. "Por supuesto, el centro comercial está lleno". Pero, agregó: "El Estado es tu socio y también es tu proveedor, el empleador de tus trabajadores, el comprador, la autoridad de regulación y la entidad que te cobra impuestos. Así que es un lugar difícil para tener el curso normal de los negocios".

Solamente hay que preguntarle a Michel Villand, un francés que en la década de 1990 invirtió su fortuna en un joint venture de panadería y pastelería, Pain de Paris, con dos fábricas y varios puntos de venta. Dice que fue obligado a retirarse del negocio en 2007 porque la sociedad era un éxito y los socios cubanos decidieron que querían todo.

"Fundar un joint venture en Cuba, si eres una compañía extranjera chica o mediana, es lo mismo que ponerse la soga al cuello", escribió en sus memorias: Mi socio Fidel Castro: Cuba, un desvío en el paraíso, publicado en España, donde detalla los problemas y tribulaciones a los que se ha enfrentado.

El destino de Coral Capital, el único competidor real de Ceiba en el país y socio del elegante Hotel Saratoga, también ilustra los problemas que esperan al incauto. La compañía fue intervenida y cerrada en 2011 como parte de una cruzada contra prácticas comerciales corruptas. Los ejecutivos extranjeros, docenas de empleados cubanos, oficiales y hombres de negocios terminaron encarcelados. Algunos se declararon culpables, negociaron y cooperaron; otros resistieron y enfrentaron las acusaciones. Después de haber estado detenidos sin acusaciones en su contra durante más de un año, los gerentes extranjeros de Coral Capital fueron acusados de infracciones menores y deportados en 2013.

Paciencia, persistencia y perseverancia es el consejo que un diplomático asiático ofrece a todo aquel con intenciones de invertir en Cuba. Consejo con el que Eric Peyre, el veterano gerente de la industria hotelera, está totalmente de acuerdo. Él supervisa tres hoteles en Cuba para la compañía francesa Accor. "En mis más de 20 años trabajando como gerente extranjero en la industria turística cubana, nunca he visto a nadie perder dinero al final del año", dijo. El éxito es posible, dice el banquero de comercio y finanzas William White, el anterior director de la oficina en Cuba de Republic Bank. Pero agrega: "Las empresas deben estar preparadas para lidiar con una gran falta de información económica, atrasos en las decisiones del Estado y regulaciones que pueden estorbar y detener las operaciones comerciales".