Hace dos años, las empresas europeas estaban preocupadas porque no sabían si el euro sobreviviría. Hoy, un gran problema para muchas de ellas es su solidez.

Con la moneda única en su nivel más alto desde mediados de 2011 ponderado por el comercio, los políticos están advirtiendo que los tipos de cambio adversos podrían detener la frágil recuperación de la eurozona.

Si bien el alza del euro contra el dólar ha sido bastante moderada, la agitación en los mercados emergentes perjudicó a muchas multinacionales, las cuales en los últimos años habían apostado fuertemente a crecer en las economías emergentes para compensar la falta de actividad en sus mercados locales. Sin embargo, ahora se encuentran con que están expuestas a vaivenes de hasta 20% entre la monedas locales más golpeadas y el renaciente euro.

La preocupación más evidente para 2014 es la volatilidad de los tipos de cambio, señaló Carlos Ghosn, CEO de Renault, la automotriz que sufrió una pérdida de 600 millones de euros debido a las debilidad cambiaria en el mercado emergente el año pasado.

Adidas, cuyos ingresos nominados en euros cayeron el año paso por la devaluación del peso argentino y del real brasileño, advirtió este mes que se verá perjudicado por la debilidad del rublo y el riesgo político de la región, donde es líder.

El conglomerado alemán Siemens, Electrolux, Lafarge y Pernod Ricard también informaron que los movimientos cambiarios tuvieron un impacto negativo sobre sus resultados.

En el Reino Unido, los fabricantes enfrentan desafíos similares dado que durante el año pasado la libra esterlina se apreció casi 10% en términos de ponderación por el comercio.

La razón por la que esto está generando tantos problemas es que las multinacionales, si bien están acostumbradas a protegerse de los movimientos de las principales monedas, tendieron a no cubrirse del riesgo cambiario en los mercados emergentes, que ahora representan una creciente proporción de sus ingresos.

Los directores de finanzas consideran que es caro, y a veces imposible, protegerse de las fluctuaciones de las monedas volátiles y poco líquidas que carecen de mercados de derivados desarrollados.

Si una compañía entra en un mercado emergente, sabe que corre un gran riesgo y la moneda es un enorme componente de eso, explicó Martin ODonovan, subdirector de técnica y políticas de la Asociación de Tesoreros Corporativos.

Mucha gente decide correr ese riesgo como parte de los peligros de estar en ese país, agregó.

Él cree que los tesoreros tienen una inherente inclinación a cubrirse de menos, porque una sobrerreacción en la otra dirección sería visto como una especulación cambiaria y eso es considerado menos aceptable.

Además, las recientes liquidaciones de monedas de mercados emergentes se produjeron después de un par de años de baja volatilidad en el tipo de cambio euro contra dólar, el que normalmente importa más para las estrategias de cobertura que aplican las empresas.