El debilitado estado de los bancos europeos dio impulso a una tendencia financiera que ya existía antes de la crisis del sector: las compañías que necesitan dinero en efectivo rehuyen cada vez más de las entidades que otorgan préstamos y se inclinan por la emisión de bonos.

Para las empresas que buscan crédito, el atractivo del mercado de deuda es simple. Las empresas pueden recaudar dinero a tasas más bajas que las que actualmente ofrecen los bancos. Sin embargo, para las entidades bancarias, esto también tiene beneficios porque les permite achicar sus balances y rápidamente fortalecer sus coeficientes de capital, lo que tranquiliza a los inversores y reguladores.

La tendencia hacia la desintermediación es el resultado de una situación inusual. A muchos bancos, aplastados por las grandes tenencias de deuda de la eurozona, se los considera ahora menos solventes que las compañías que recurren a ellos en busca de préstamos.

Los bancos, en cambio, están actuando como brókers de crédito, juntando inversores como fondos de pensión con compañías interesadas en obtener efectivo por medio de una emisión de bonos.

Últimamente estamos viendo mucha más desintermediación dado el estado de los bancos de Europa, comentó Peter Hahn, orador de Cass Business School. En definitiva, es un reflejo de que muchas compañías pueden ahora tomar crédito más barato que sus bancos, añadió.

La tendencia está empujando a las entidades europeas hacia un modelo similar al de Estados Unidos, donde cerca del 80% de la financiación corporativa se obtiene mediante bonos y sólo el 20% mediante préstamos, la proporción inversa a la que actualmente se observa en Europa.

Recién a fines de los noventa los bonos corporativos empezaron a incursionar en Europa. Los montos obtenidos mediante emisión de deuda fueron lentamente incrementándose. Esta es una tendencia que hemos visto en la última década, aunque interrumpida en varios momentos, aseguró Richard Phelan, director de investigación de crédito europeo en Deutsche Bank.

Tanto los que toman como los que ofrecen crédito sostienen que otro nuevo elemento de la tendencia es que los bancos recomiendan a las compañías optar por los bonos y no por los préstamos.

Las entidades europeas están apuradas por fortalecer sus coeficientes de capital para satisfacer los nuevos requisitos regulatorios, que fueron diseñados para tranquilizar a los mercados sobre su solvencia en el largo plazo. Pocos optaron por captar fondos caros provenientes de inversores externos, y en cambio prefirieron reducir sus balances achicando la suma de dinero que prestan a sus clientes. La desintermediación puede ayudarlos a hacer justamente eso.

El precio de la liquidez para los bancos nunca fue tan alto, comentó Martin Egan, director global de mercados primarios y originación en BNP Paribas. La preocupación por la exposición de los bancos al riesgo soberano tiene un efecto sobre el precio al que pueden tomar crédito en los mercados, lo que a su vez afecta el precio al que pueden prestar a sus clientes.

Desde el punto de vista de los bancos, cambiar préstamos por bonos los ayuda a desapalancarse y, además, no se enojan los reguladores ansiosos por garantizar que el crédito siga fluyendo a las empresas que lo necesitan.