André Soresini, gerente general de Sanofi Pasteur para el Cono Sur; Gastón Domíngues Caetano, gerente general de Takeda Cono Sur, y Juan Diddi, vicepresidente de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales comentaron cómo los laboratoriosdebieron adaptarse rápidamente ante la pandemia, y cómo las inversiones en investigación y desarrollo, las alianzas entre empresas junto a la articulación pública y privada avanzaron significativamente.
La carrera científica sin precedentes por obtener una vacuna en el menor tiempo posible para detener la pandemia ha requerido de la participación de toda una cadena de desarrollo que comienza en la investigación a cargo de laboratorios y entes públicos y privados, hasta el último eslabón que supone la prueba de los compuestos y posterior aprobación para su utilización.
Los principales fabricantes de los antídotos para el coronavirus debieron destinar a recursos de todo tipo a ésta tarea, que aún hoy, continua con esfuerzos en laboratorios y centros de investigación que persiguen el objetivo desde diferentes ángulos.
La empresa francesa Sanofi Pasteur, una empresa dedicada desde su origen al desarrollo de vacunas, también avanza en desarrollos contra el Covid-19. "Tenemos el portafolio más amplio de vacunas del mundo y, en estos momentos, tenemos dos desarrollos de vacunas en paralelo contra el coronavirus. Una es una vacuna recombinante, apoyada por los Estados Unidos, en asociación con Glaxo (GSK), para maximizar la potencia de la vacuna. Ya está en fase tres y estará disponible en el próximo trimestre. La segunda vacuna es de ARN mensajero, una tecnología novedosa. Realizamos una inversión importante para desarrollar nuevas tecnologías e invertimos más de 400 millones de euros por año para aumentar la capacidad y ampliar la capacidad de desarrollo para anticipar futuras pandemias", explicó Soresini.
"La compañía se comprometió a suplir al mercado de forma equitativa, a través del fondo Covax de las OMS; comprometimos más de 200 millones de dosis para que la distribución sea equitativa", agregó Soresini. Y destacó que dispuso su capacidad productiva para apoyar a las empresas que ya tienen su vacuna, mientras desarrolla la propia.
Por su parte, el laboratorio de origen japonés Takeda avanza en el desarrollo de alternativas a las vacunas. "La pandemia requiere flexibilidad y adaptación de toda la industria farmacéutica argentina. Takeda está trabajando en una alianza del Covid en el desarrollo de terapias alternativas a las vacunas. En el mundo tenemos capacidad limitada para producir vacunas en general. Por eso, en Takeda cedimos parte de la infraestructura para producir vacunas de otras empresas. Un caso es el de Novavax, donde se producen 250 millones de vacunas y también tenemos acuerdos con Moderna para suplir en Japón", comentó Domíngues Caetano.
"La problemática del Covid debe abordarse de forma integral en la industria, no sólo en investigación, sino en el plano de la responsabilidad social empresaria. En la Argentina donamos más de 90 respiradores mecánicos en acuerdo con la Universidad de Rosario, a todo el país, y también equipamiento médico al inicio de la pandemia. Es muy importante la palabra sustentabilidad y acceso; hay que trabajar para que cada argentino tenga acceso a las vacunas y podamos inmunizar a la población lo más rápido posible. La articulación es fundamental, porque hay una capacidad limitada mundial para producir vacunas; si se suman esfuerzos, se puede generar una inmunidad de rebaño mucho más rápido. El esfuerzo de articular políticas entre públicos, privados y ONG para salir más rápido de la pandemia es fundamental", agregó el ejecutivo.
En ese sentido, Diddi coincidió al señalar que "El diálogo fue un pilar fundamental en este año y medio para avanzar en grandes hitos. Hubo un desarrollo de vacunas y tratamientos en tiempo récord. Otros aspectos alrededor de la pandemia no son menos importantes, mantener el diagnóstico temprano de otras enfermedades que, por la pandemia, no fueron controladas. Con CAEME hicimos una alianza con 32 asociaciones médicas, en un proyecto de educación, para diagnóstico temprano de otras enfermedades, como cardíacas o cáncer, que de no controlarse pueden impactar a mediano plazo. Además, hubo donaciones importantes del sector para acompañar a los profesionales de salud durante la pandemia".













