

A escasos kilómetros de la frontera con Asturias, se encuentra la Seimeira de Vilagocende, una cascada que con sus más de 50 metros de caída libre destaca como una de las más imponentes deGalicia, y quees protagonista de una popular leyenda gallega.
El río Porteliña, que alimenta esta cascada, surge de entre las rocas, dejando caer un velo de agua cristalina que termina en una poza transparente, un lugar que se ha convertido en parada obligatoria para quienes visitan el municipio de A Fonsagrada, específicamente en la parroquia de San Martín de Suarna.
La cascada de Seimeira de Vilagocende: la leyenda de la moura y el joven pastor
La Seimeira de Vilagocende es protagonista de una leyenda gallega que añade misterio y encanto al lugar. Se dice que bajo el constante murmullo de la cascada vivía una moura, una criatura de la mitología gallega conocida por su belleza sobrenatural, con cabello rubio y ojos azules que brillaban como el agua misma.
Según la tradición oral, un joven pastor se enamoró perdidamente de esta ninfa cuando la vio entre los bosques que rodean la cascada. La moura, astuta y enigmática, le impuso una condición: debía encontrar una rosa roja para poder estar juntos.
El pastor buscó sin descanso, día y noche, pero nunca logró hallar esa flor. Cuando regresó a la orilla para cumplir con la promesa, la moura ya se había esfumado, dejando solo la cascada como testigo de un amor imposible.

Cómo llegar a la cascada de Seimeira
Desde el extenso municipio de A Fonsagrada, parte una de las rutas más atractivas para los amantes del senderismo y la naturaleza en Galicia. El recorrido comienza en la carretera LU-721, poco antes de llegar a la aldea de Vilagocende, y continúa a pie por un sendero natural que atraviesa un bosque de ribera lleno de abedules, alisos y robles.
El río Porteliña acompaña el camino, cruzando puentes de madera que permiten admirar la fuerza y serenidad del agua antes de llegar a la cascada.
Al llegar, hay un espectáculo natural:
Una caída de agua de más de 50 metros serpentea entre las rocas
Una poza cristalina invita a la calma
Además, para quienes buscan una vista panorámica, un mirador en la parte alta ofrece una perspectiva diferente. Desde allí, los senderistas pueden regresar por el mismo camino o aventurarse a continuar hacia la Seimeiriña de Souto.












