

La compra de TSB, la filial británica de Banco Sabadell por parte de Banco Santander, muestra cómo una misma operación deja al descubierto las estrategias diametralmente opuestas que marcan el rumbo de catalanes y cántabros.
Cuando Banco Sabadell aceptó la oferta de 3100 millones de euros por su subsidiaria en las islas, la entidad que preside Josep Oliu reconoció la complejidad que para ellos implica operar en dos mercados con particularidades tan diferentes como el británico y el español.
A tal punto a Banco Sabadell se le hizo cuesta arriba su presencia en Gran Bretaña, que decidió abandonar su sueño de convertirse en un banco diversificado geográficamente para concentrar todos sus esfuerzos en los negocios locales.
De hecho, ya en el informe presentado a los accionistas para la primera junta del próximo 6 de agosto, se argumenta que existen "muy escasas sinergias operativas" y diferencias significativas en términos de costes y escala entre ambos mercados.
Por su parte, Ana Botín, presidenta de Banco Santander explicó la compra de TSB con el argumento de que su adquisición refuerza la posición del banco en Reino Unido, que opera con la filial Santander UK, a la vez que beneficiará a los accionistas.
"El acuerdo es estratégicamente importante para nosotros porque nos ayuda en la diversificación, nos permite ser más competitivos para los clientes de Reino Unido y, de forma muy importante, nos ayuda a generar pronto una rentabilidad más alta para nuestros accionistas", afirmó en una entrevista que concedió a Sunday Times poco después de formalizar la operación de compra.
La realidad manda
La jugada de Banco Sabadell de retirarse de Gran Bretaña debe analizarse desde tres ángulos. Por una parte, la venta le sirvió al banco para poner en jaque la OPA hostil que BBVA lanzó sobre la entidad, ya que le permite fidelizar a los accionistas a través del reparto de un súper dividendo extraordinario de 0,5 euros por acción, lo que supondrá distribuir entre sus socios unos 2500 millones de euros extra.
Si a esto se le suma el avisó de Oliu a los accionistas de quien acepte la oferta de BBVA no cobrará ese dividendo extra, es muy posible que a la hora de votar la fusión, ese veto empujará a más de uno a bajar el pulgar a la oferta hecha por los vascos.

También es cierto que la salida del activo británico conlleva una pérdida de valor para el banco, lo que la compra de Banco Sabadell pierde parte de su atractivo sin la pata británica, independientemente de los planes que tendría BBVA para TSB.
Esto nos lleva al tercer argumento que tiene que ver con la estrategia de fondo del banco: centrar sus operaciones en España. Porque la realidad le hizo ver a Oliu, como a sus directivos, que Banco Sabadell carece del músculo necesario no sólo para competir en la liga grande del Reino Unido, sino, además, para expandir sus tentáculos a otras geografías.
Así las cosas, la conclusión cae de maduro: Banco Sabadell no sólo tiene que centrarse en el negocio en España - aunque manteniendo su presencia marginal en México -, sino también incrementar su peso para continuar obteniendo ganancias.
Mejorar la rentabilidad
Es decir, la entidad catalana sólo dependerá de España para crecer. Y al no contar con TSB, Banco Sabadell estará expuesto a una fuerte presión para mejorar la rentabilidad.
En este contexto, DBRS ve oportunidades en la estrategia de enfocarse en España, ya que, de acuerdo a la agencia de rating, es en el mercado español donde ve mejores oportunidades de crecimiento, apoyadas por un entorno económico benigno. Y añade que el camino más corto pasa por elevar los volúmenes de crédito en España y por diversificar sus fuentes de ingresos aumentando su catálogo de productos fuera de balance y de seguros.
Para Fitch la menor diversificación geográfica ocasionada por la venta de su filial británica no afectará a los beneficios de Sabadell de forma material. En cambio, sí mejorará la eficiencia del grupo, dado que TSB presentaba unas ratios sustancialmente peores que la matriz.
Por último, Standard & Poor's sostiene que en el contexto de la OPA de BBVA la lógica financiera se vio golpeada por la mayor dificultad para obtener sinergias tras las medidas impuestas por el Gobierno.
Asimismo, la venta de TSB permite a Banco Sabadell quedar mejor parado en la comparación con el segundo pelotón de las otras entidades financieras cotizadas en el Ibex 35, como CaixaBank, Bankinter y Unicaja.

Banco Santander apuesta por la banca global
Que el banco cántabro no haya perdido ni un minuto para hacerse con TSB, apenas Banco Sabadell anunció su intención de desprenderse de su filial británica, obedece a que la diversificación geográfica y de negocios es uno de los pilares en los que se apoya la estrategia de crecimiento de Banco Santander.
Dentro de este marco, la operación responde a la planificación de Banco Santander de fortalecer su diversificación geográfica en mercados claves y rentables, siguiendo la estela del plan One Transformation lanzado hace dos años con el propósito de ganar eficiencia aprovechando el tamaño global del banco.
De ahí que a nadie extrañó cuando Ana Botín reconoció que el banco ya se interesó por TSB una década atrás. Porque, si bien la inversión en Reino Unido no es tan rentable como otros países, "su estabilidad le permite equilibrar los altibajos de otros territorios, especialmente Sudamérica".

Pero una mayor estabilidad en el negocio de Reino Unido no es lo único que le aporta a Banco Santander la compra de TSB, también incrementará el peso del mercado británico del banco.
Veamos. Con cifras del primer trimestre, el peso de Reino Unido en la cartera global de préstamos se elevará en tres puntos porcentuales, del 23% al 26%, superando a España, que pasará a un segundo plano, según Scope Ratings.
Si se comparan los datos de España con los del Reino Unido, hasta marzo Santander España obtuvo 254.067 millones de euros en préstamos y anticipos, mientras que Santander UK mostró 248.283 millones. Ahora, si a los números de Santander UK se le suman los montos de TSB, la cifra alcanza hasta los 291.464 millones, un 17% más que la operación española.
Ya lo dijo el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, cuando justificó la venta de la filial británica con el argumento de que mercado pide a algunas entidades que se especialicen en aquello que conocen bien. Y su rival, Ana Botín, siguió el consejo a pie puntillas. Y así queda el tablero: España para los catalanes, el mundo para los cántabros.












