En esta noticia

De acuerdo a las previsiones económicas y de mercados para 2024 presentadas este jueves por BBVA Banca Privada, para este año se constata un cambio de ciclo en la inflación y los tipos de interés. También, y después de muchos años, la renta fija estará por encima de la renta variable, si se tiene en cuenta el binomio rentabilidad-riesgo. Con todo, los analistas del banco aseguran que la renta variable tendrá un buen comportamiento en este ejercicio. De hecho, dicen, la rentabilidad será mayor que la de la renta fija, aunque más riesgosa.

Por otra parte, la inflación, una de las grandes preocupaciones de los españoles en los últimos tiempos, será posible batir sin asumir mucho riesgo, incluso con las inversiones más conservadoras.

El responsable de análisis macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, destaca que en términos macroeconómicos la economía mundial volverá a crecer en el entorno del 3% en 2024. Aunque advierte que desde el segundo semestre de 2023 podría producirse una pequeña desaceleración en economías avanzadas como el caso de China o de Estados Unidos. De hecho, el equipo que lidera Doménech vaticina un crecimiento del 4,4% y del 1,5%, respectivamente, que se verá compensado por una ligera mejoría de la eurozona y el mayor crecimiento de otras economías emergentes.

Opinión que apoya el director de Estrategia Global en BBVA Asset Management & Global Wealth, Joaquín García Huerga, quien advierte que habrá que acostumbrarse a un crecimiento tibio de estas economías, "ya que la demografía va a determinar que la población en edad de trabajar sea menor en muchos países desarrollados e incluso en algunos emergentes". Además, añade, "llevamos años asistiendo a escasas ganancias de productividad en la mayoría de las economías".

La economista Jefe de Análisis Económico y Financiero en BBVA Research, Sonsoles Castillo, subraya que la inflación evolucionó favorablemente en 2023, tras reducirse en Estados Unidos y Europa entre tres y cuatro puntos porcentuales. Castillo destaca que se trata de una noticia positiva, pero todavía alejada del objetivo del 2% de los bancos centrales. "Para 2024 es previsible que este proceso de reducción continúe, aunque la convergencia al 2% puede llevar un tiempo", advierte la experta.

En este sentido, Doménech apunta que entre los principales riesgos económicos de cara a 2024, el más evidente es el de la inflación "que aún no recorrió la última milla hasta alcanzar niveles consistentes con los objetivos de los bancos centrales".

En relación a los tipos de interés, Castillo explica que alcanzaron su máximo en este ciclo, "por lo que es muy probable que en este año se vean bajadas". BBVA Research estima que los bancos centrales serán cautos, así los recortes de tipos se podrían producir hacia mayo/junio y el ritmo de bajadas será gradual, frente a unas expectativas de los mercados más agresivas.

Apuesta por la renta fija

Para el responsable de Mercados de Banca Privada de BBVA, Roberto Hernanz, este será el año de la renta fija, pero la renta variable también tendrá un buen comportamiento gracias a este escenario de bajo crecimiento, pero sin recesión. "Permitirá que se obtengan rentabilidades superiores a las de la renta fija, aunque sea asumiendo un mayor riesgo", advierte.

También el responsable de Estrategia de Banca Privada de BBVA en España, Álvaro Manteca, pone sus fichas en la renta ficha porque ve a la renta fija como el activo ganador de 2024 sobre una base ajustada a riesgo. En los próximos meses se espera una modesta caída en los rendimientos de los bonos, a medida que se enfrían las economías y la inflación regresa a sus objetivos de largo plazo. Esto implica que los precios de la deuda tendrán previsiblemente un impulso positivo en 2024.

Por otra parte, Álvaro Manteca afirma que, aunque se mantuvieran las rentabilidades actuales de los bonos, éstas ya son lo suficientemente altas como para ofrecer un atractivo rendimiento al inversor. Así las cosas, dentro de la renta fija los expertos de BBVA apuestan por el crédito corporativo emitido por empresas de elevada calidad, que está más protegido que el emitido por empresas con peor calidad crediticia ante la moderación que esperan en el crecimiento económico.

La directora de Asesoramiento y Altos Patrimonios de Banca Privada de BBVA en España, Belén García-Moya también apuesta por la inversión en mercados privados, es decir, en compañías que no cotizan en Bolsa. Los activos ilíquidos como el private equity, la deuda privada, infraestructuras o el real estate están ganando cada vez más protagonismo en las carteras de los inversores, sobre todo porque son elementos diversificadores, y que por la tipología del producto ofrecen una elevada rentabilidad a largo plazo.

Megatendencias: dónde poner el foco

Según García-Moya, las cuatro megatendencias en las que el banco mira con atención son, en primer lugar, la disrupción tecnológica, con temáticas como la inteligencia artificial, la robótica o la ciberseguridad. En segundo término, se encuentra el reto del cambio demográfico: las tecnologías ligadas a la telemedicina y todo lo que se refiere a tratamientos y cuidado de la tercera edad, tendrán una mayor importancia en los próximos años.

Por otro lado, está el cambio en el consumo y el estilo de vida. Se pasó de consumo de objetos materiales a experiencias vitales. En este sentido, dice la analista, la educación tecnológica, el comercio electrónico o el entretenimiento digital, serán también sectores a tener en cuenta.

El cuarto punto se refiere a la sostenibilidad que seguirá jugando un papel fundamental. Porque ahora, más que nunca, los inversores están interesados en saber cómo la inversión responsable impacta de manera positiva en el mundo real y en la sociedad.

Por último, las tensiones geopolíticas seguirán estando presentes. A lo que según Castillo se le suma que el 2024 será un año de muchas elecciones como la de Estados Unidos, el Parlamento Europeo y en otros muchos países con derivadas geopolíticas como Rusia, Turquía o la ya celebradas en Taiwán, lo que constituye un evento geopolítico de primer orden por su efecto en las relaciones entre China y Estados Unidos.