

Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) y el Instituto de Ciencias Weizmann han descubierto un antiguo establecimiento en Israel, en donde Jesús realizó un milagro, según detalla la Biblia.
Se trata de la presa hidráulica más grande de la antigua Ciudad de David. Los especialistas han indicado que data de la época de los reyes de Judá, Joás o Amasías, hace aproximadamente 2800 años.
El hallazgo se publicó en la revista científica PNAS y se presentará próximamente en la 26ª Conferencia de Estudios de la Ciudad de David. Según los arqueólogos, la presa ofrece nuevas perspectivas sobre la planificación urbana y la gestión del agua en la Jerusalén del período del Primer Templo.
Hallazgo en Israel: cómo son las dimensiones y características de la presa
La presa recién descubierta mide unos 12 metros de alto, más de 8 metros de ancho y una longitud de 21 metros, extendiéndose más allá de los límites actuales de la excavación. Su función era recoger las aguas del manantial de Gihón y controlar las crecidas del valle del Tiropeón hasta el arroyo Cedrón.

Por su parte, los directores de la excavación, Nahshon Szanton, Itamar Berko y Filip Vukosavovi, han destacado que la construcción permitía enfrentar tanto la escasez de agua como inundaciones repentinas, evidenciando un alto nivel de ingeniería hidráulica para la época.
Antigua presa de Israel: cuál es su vínculo bíblico
El descubrimiento también tiene relevancia para la historia bíblica, ya que es el lugar donde Jesús realizó un milagro de curación. De ese modo, la excavación aporta un contexto material a estos relatos, mostrando la interacción entre la historia arqueológica y los textos religiosos.
El Evangelio de Juan (9:7) menciona que Jesús curó a un hombre ciego indicándole que se lavara en el estanque de Siloé, llamado "Enviado". Según el relato, el hombre obedeció y recuperó la vista.

Antigua presa de Israel: qué se descubrió de su sistema hidráulico
La presa forma parte de un complejo sistema hidráulico que incluye una torre que represaba el manantial de Gihón y un canal que conducía agua hacia el estanque de Siloé.
Esta red coordinada evidencia la capacidad del Reino de Judá para organizar proyectos urbanos de gran escala, asegurando el suministro de agua y el control de inundaciones en zonas estratégicas de Jerusalén, como el Monte Sión.
El hallazgo permite comprender cómo estas soluciones hidráulicas influyeron en el desarrollo de la ciudad y su entorno. Según los investigadores, la presa refleja la habilidad de los reyes de Judá para enfrentar desafíos naturales y mejorar la infraestructura urbana, reforzando la importancia de Jerusalén como centro político, religioso y administrativo del reino.













