Desde hace ya 70 años que rige el Documento Nacional de Identidad (DNI) en España, cuya función principal es acreditar la identidad de las personas. Pero con el tiempo se fueron creando alternativas como el DNI electrónico (DNIe), que llegó al país en el año 2006.
El DNI es una pequeña libreta hecha con diferentes materiales, como si fuera un cuaderno de hojas más rígidas; en cambio el DNIe es una tarjeta que tiene toda la información del documento tradicional en ella.
Diferencias entre el DNI normal y el DNI electrónico
Aunque los dos permiten a los ciudadanos españoles identificarse, existen diferencias entre el DNI normal y el DNI electrónico que hacen a su funcionalidad en determinadas circunstancias que requieren de uno o del otro.
Lo primero a tener en cuenta es que el DNI electrónico cuenta con un chip integrado que permite identificar digitalmente a cualquier persona que lo posee, posibilidad que el DNI normal no ofrece.
Además, el DNIe también sirve para firmar documentos digitales como si fueran físicos, de manera que tengan el mismo valor jurídico ante las autoridades correspondientes. Por lo tanto, esta variante del DNI tiene como principal finalidad realizar gestiones online de manera más rápida y segura sin la necesidad de ir a ninguna oficina.
Qué es el DNI 3.0
En el año 2015 y gracias a los avances tecnológicos del momento, se desarrolló un nuevo DNI Electrónico llamado DNI 3.0, el cual es igual a su predecesor pero con la novedad de contar con la tecnología NFC.
Esta novedosa herramienta permite a cualquier personas operar con este documento en otros soportes como smartphones o tablets. El chip de este documento está en el reverso de la tarjeta y no en el anverso como el DNIe.