Preocupación en la Casa Real | Vuelven a confinar a la princesa Leonor en alta mar por graves problemas de salud
Tras varios meses de malestar la heredera al trono vuelve a ser confinada en su camarote para evitar nuevas contusiones y peligra su permanencia en Elcano.
La princesa Leonor enfrenta uno de los mayores desafíos de su formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. La heredera al trono español, quien inició su travesía el pasado 11 de enero como parte de su instrucción en la Armada, ha atravesado momentos de gran dificultad debido a los estragos que le ha causado la navegación en su cuerpo.
Fuentes cercanas a la Casa Real confirman que sus problemas de salud han obligado a tomar medidas especiales para proteger su bienestar. Desde su embarque, la princesa sufre de cinetosis, lo que le ha dado fuertes mareos y vómitos debido al constante vaivén del barco en alta mar, y la ha mantenido varias jornadas fuera de sus clases y entrenamientos.
Adicionalmente, los incidentes en cubierta, donde llegó a sufrir caídas y contusiones, han generado preocupación entre los oficiales a cargo. Como consecuencia, y por petición de sus padres, los reyes Felipe VI y Letizia, se ha decidido que Leonor no realice más guardias en cubierta, especialmente en condiciones de mala mar, lo que ha llevado al equipo médico a recetarle biodramina.
A pesar de estas dificultades, la princesa ha mostrado su compromiso con su formación al destacar que este período es crucial para su preparación como futura jefa de Estado. Sin embargo, su situación a bordo ha generado un gran debate sobre si es necesario someterla a una travesía tan exigente, que podría afectar su salud a largo plazo y que más de una vez la ha obligado a recluirse en sus aposentos para no sufrir de más contusiones.
Leonor y la vida en alta mar: una prueba de resistencia extrema
El paso de la princesa Leonor por el Juan Sebastián Elcano está resultando más complicado de lo previsto. A diferencia de sus compañeros, que llevan más tiempo en entrenamiento, ella se ha enfrentado a un entorno desconocido y hostil. Los primeros meses de travesía fueron particularmente duros, con jornadas enteras de navegación sin posibilidad de tocar tierra y bajo condiciones meteorológicas adversas.
La hija mayor de los reyes también ha experimentado los efectos de vivir en espacios reducidos, algo que ha agravado su claustrofobia. A bordo del barco, comparte camarote con otras tres compañeras en una habitación minúscula, donde las comodidades son limitadas.
Esto ha hecho que, en cada puerto donde el barco atraca, opte por reservar una habitación en un hotel para poder descansar de manera más cómoda. Esta decisión no es exclusiva de Leonor, ya que otros guardiamarinas también lo hacen, aunque en su caso se ha convertido en una necesidad debido a sus constantes mareos.
La preocupación de la Casa Real: ¿debería continuar Leonor con la travesía?
En Zarzuela hay posturas encontradas sobre la permanencia de Leonor en la travesía. La reina Letizia ha mostrado una preocupación creciente por su hija, temiendo que las condiciones extremas de la formación afecten su salud física y emocional. Sin embargo, Felipe VI considera que la princesa debe culminar su entrenamiento como cualquier otro cadete, sin recibir un trato especial más allá de las medidas médicas necesarias para garantizar su bienestar.
A pesar de estos obstáculos, la princesa está determinada a continuar con su formación, consciente de que su preparación es fundamental para asumir su papel en el futuro de la monarquía española. La travesía continuará por varios países más antes de finalizar, y la Casa Real seguirá de cerca su evolución para tomar decisiones según lo requiera la situación.