"No tenemos ningún derecho...": el papa Francisco se reveló y confrontó a la Iglesia católica
Esta es la prédica del Sumo Pontífice para el lunes y los fragmentos de la Sagrada Escritura que sugiere leer.
El sitio web oficial del Vaticano ha difundido una reflexión basada en la Biblia este lunes, 16 de septiembre de 2024. En ella, se presentan interpretaciones de la Santas Escrituras que animan a todos los adeptos a consolidar su fe y su relación personal con Dios.
Además, en la prédica del día, El papa Francisco reflexiona sobre la humildad en la oración, destacando la importancia de reconocer nuestra insuficiencia ante Dios y la gracia de poder dialogar con Él, como lo hizo el centurión romano al pedir la sanación de su siervo.
La prédica del papa Francisco para este lunes
El papa Francisco destacó la importancia de reconocer nuestra propia pobreza en la oración, utilizando el ejemplo del centurión romano que pidió a Jesús la sanación de su siervo. El Santo Padre subrayó que, a pesar de no ser judío y pertenecer a un ejército de ocupación, el centurión se atrevió a suplicar: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano".
"Dialogar con Dios es una gracia: nosotros no somos dignos, no tenemos ningún derecho que reclamar, nosotros cojeamos con cada palabra y cada pensamiento", afirmó el Papa.
Finalmente, Francisco reflexionó sobre el amor de Dios hacia la humanidad, afirmando que "nunca hubiéramos tenido la valentía de creerlo" sin el conocimiento de Jesús. Este entendimiento, revelado a través de la figura de Cristo, nos invita a acercarnos a Dios con confianza, a pesar de nuestra indignidad.
La lectura de la Biblia para este lunes
Lectura de 1° Corintios 11, 17-26
Hermanos: Con respecto a las reuniones de ustedes ciertamente no puedo alabarlas, porque les hacen más daño que provecho. En efecto, he sabido que, cuando se reúnen en asamblea, hay divisiones entre ustedes y en parte lo creo. Es cierto que tiene que haber divisiones, para que se ponga de manifiesto quiénes tienen verdadera virtud.
De modo que, cuando se reúnen en común, ya no es para comer la cena del Señor, porque cada uno se adelanta a comer su propia cena y mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga. ¿Acaso no tienen su propia casa para comer y beber? ¿O es que desprecian a la asamblea de Dios y quieren avergonzar a los que son pobres? ¿Qué quieren que les diga? ¿Que los alabe? En esto no los alabo.
Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él". Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
El evangelio para el lunes, 16 de septiembre de 2024
Evangelio según san Lucas 7, 1-10
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaún. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: "Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.
Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: '¡Ve!' y va; a otro: '¡Ven!' y viene; y a mi criado: '¡Haz esto!' y lo hace".
Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.
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