Problemas con la comida

Hay desiertos de comida en todo el mundo: así son los lugares donde no se puede comprar una manzana o un tomate

Millones de personas viven sin acceso a alimentos frescos debido a factores sociales y económicos.

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En algunas regiones del mundo, conseguir una manzana o un tomate fresco es una tarea imposible. Estos lugares, conocidos como desiertos de comida, son áreas urbanas y rurales donde el acceso a alimentos saludables es limitado o inexistente debido a factores como la pobreza, la discriminación y la falta de inversión comercial.

Qué son los desiertos de comida

Los desiertos de comida son zonas donde no hay supermercados ni mercados que ofrezcan productos frescos como frutas y verduras. En su lugar, los residentes dependen de tiendas de conveniencia o restaurantes de comida rápida, que solo ofrecen alimentos ultraprocesados y poco saludables.

Según un informe de Cadena SER, en los Estados Unidos, más de 17 millones de personas viven en áreas de bajos ingresos donde el supermercado más cercano está a varios kilómetros. Esto afecta principalmente a comunidades de minorías raciales como afroamericanos y latinos, quienes enfrentan barreras económicas y de transporte para acceder a alimentos saludables, según publicó la Cadena SER.

Causas y consecuencias de estos desiertos

Los desiertos de comida son el resultado de una combinación de factores socioeconómicos, como la falta de inversiones en barrios pobres y políticas urbanas discriminatorias. Guadalupe Ramos, profesora de Sociología en la Universidad de Valladolid, señala que las cadenas de supermercados prefieren instalarse en vecindarios más ricos, donde obtienen mayores beneficios económicos, dejando a las comunidades vulnerables sin opciones saludables.

Esta realidad impacta directamente en la salud pública. El consumo frecuente de alimentos ultraprocesados está relacionado con obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Estudios indican que la esperanza de vida en barrios ricos puede ser hasta 13 años mayor que en zonas empobrecidas debido a las diferencias en la alimentación y el acceso a servicios de salud adecuados.

Soluciones y retos a futuro

Combatir los desiertos de comida requiere una respuesta integral que combine políticas públicas y esfuerzos del sector privado. Iniciativas como la construcción de mercados comunitarios y programas gubernamentales de subsidios alimentarios podrían mejorar el acceso a alimentos frescos en estas comunidades.

Sin embargo, la falta de inversión y el racismo estructural continúan siendo barreras difíciles de superar. Para garantizar el derecho a una alimentación saludable, es esencial que los gobiernos prioricen políticas inclusivas que fomenten la instalación de supermercados y mercados en estas áreas desatendidas.

La lucha contra los desiertos de comida es una batalla constante en la que está en juego no solo la salud de millones de personas, sino también su dignidad y calidad de vida.

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