

En una excursión en Kalgoorlie, Australia Occidental, John y Frances Aggis simplemente buscaban monedas y objetos metálicos con su detector. Sin embargo, la casualidad les regaló un hallazgo insólito: una enorme pepita de oro que ha sorprendido a especialistas y coleccionistas por igual.
Con un peso de más de cuatro kilos y casi 19 centímetros de ancho, esta pieza natural, conocida como la "Belleza Dorada", no solo destaca por su tamaño, sino también por su rareza y valor en el mercado.

Hallazgo increíble: la pareja de australianos que encontró una pepita de oro
John y Frances Aggis no buscaban oro ni grandes riquezas, solo disfrutaban de su hobbie de detectar metales en la naturaleza. Fue entonces cuando la suerte se alineó para dar con la "Belleza Dorada", una pepita de oro que pocas veces se ve en el mundo.
El hallazgo, realizado en 1979 en los famosos yacimientos de Kalgoorlie, se ha convertido en una leyenda entre los apasionados por los minerales preciosos. Actualmente, la pepita forma parte de una colección privada en Suiza y se exhibe con gran expectativa en una subasta que ya ha alcanzado una oferta inicial de 400.000 dólares (aproximadamente 353.000 euros).
Expertos aseguran que la puja podría superar fácilmente el medio millón de dólares, dada la singularidad de esta joya natural.

El valor y la rareza del oro en estado natural
Craig Kissick, vicepresidente de Naturaleza y Ciencia en Heritage Auctions, ha subrayado la importancia de este hallazgo: "El oro siempre ha sido enormemente popular, no solo por su valor y belleza, sino también porque es extremadamente raro encontrarlo en su estado natural."
Kissick, con amplia experiencia en subastas de piezas únicas como fósiles y meteoritos, explica que la mayoría del oro extraído a lo largo de la historia ha sido fundido para la fabricación de joyas o monedas. Por eso, encontrar una pepita como la "Belleza Dorada" resulta casi tan extraordinario como descubrir un diamante de gran tamaño.












