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El comercio internacional afronta un nuevo revés tras la decisión de Correos de suspender temporalmente el envío de paquetes a Estados Unidos. La medida, que entra en vigor el 25 de agosto, responde a la eliminación de la exención arancelaria para envíos de bajo valor aprobada por la administración de Donald Trump.

A partir de esa fecha, únicamente se podrán enviar cartas y documentos sin valor comercial, así como regalos entre particulares cuyo importe no supere los 100 dólares.

Los paquetes con un valor inferior a 800 dólares dejarán de gestionarse hasta que la compañía adapte sus procesos a las nuevas exigencias.

¿Por qué se adoptó esta medida?

Estados Unidos ha modificado sus normas aduaneras y desde el 29 de agosto aplicará aranceles a todos los envíos inferiores a 800dólares. Hasta ahora, estas mercancías estaban exentas, lo que facilitaba el comercio online y el intercambio de pequeños paquetes. Con el cambio, se deberán abonar tasas en función del país de origen y del valor del producto.

Esta política de la Casa Blanca se enmarca en una estrategia de endurecimiento comercial que impacta directamente en consumidores y empresas. Correos asegura que la suspensión será "estrictamente temporal" mientras adapta sus procedimientos a los nuevos requisitos.

Un impacto coordinado en toda Europa

La medida no es exclusiva de España. Operadores postales de referencia como La Poste en Francia, BPost en Bélgica, PostNord en Suecia y Dinamarca, Deutsche Post en Alemania y Austrian Post en Austria han anunciado restricciones similares.

La decisión evidencia un frente común europeo para afrontar la nueva situación creada por los aranceles estadounidenses.

El parón afectará especialmente a las pequeñas compras online de consumidores españoles y europeos, que hasta ahora podían importar productos a bajo coste sin recargos aduaneros.

La suspensión temporal añade incertidumbre a un comercio global cada vez más condicionado por las tensiones arancelarias.