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Con la temporada de verano finalizando, los españoles comienzan a aclimatarse para los meses más fríos del año. Eso también significa una cosa: el cambio al horario de invierno es inminente.

Tal como indica el Real Decreto 236/2002las manecillas del reloj deberán atrasarse una hora para acomodarlas a lo establecido por el artículo 4 de la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo.

Por qué se utiliza el horario de invierno en España

Como en muchos otros países europeos, el horario de invierno en España responde a una combinación de razones históricas, económicas y sociales. Su principal objetivo es adaptar el ritmo de vida a las horas de luz solar disponibles durante los meses más oscuros del año, optimizando así el consumo energético y mejorando la calidad de vida.

Durante el invierno, los días son más cortos y las noches más largas. Al retrasar una hora el reloj (normalmente en octubre), se busca que la luz natural esté disponible en las primeras horas del día, cuando la mayoría de las personas comienzan sus actividades laborales o escolares.

En teoría, el cambio de horario permite reducir el uso de iluminación artificial por las mañanas, lo que históricamente se ha considerado una medida de ahorro energético.

La Unión Europea estableció una normativa común para coordinar los cambios de hora entre los países miembros, con el fin de facilitar el funcionamiento del mercado único, especialmente en sectores como el transporte, las comunicaciones y el comercio.

Cuándo será el cambio de horario en 2025

El cambio al horario de invierno en España será en la madrugada del domingo 26 de octubre de 2025. A las 3.00 horas, los relojes deberán atrasarse una hora, pasando a marcar las 2.00 horas.

El siguiente cambio de hora será el domingo 29 de marzo de 2026, cuando se volverá al horario de verano. En ese momento, los relojes se adelantarán una hora, con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar durante los meses más largos del año.

Por qué es tan polémico el cambio de horario

El cambio de horario genera polémica principalmente por sus efectos en la salud, la productividad y el consumo energético, que no siempre son tan positivos como se esperaba.

Diversos estudios han señalado que los días posteriores al ajuste pueden provocar alteraciones en el sueño, fatiga, irritabilidad e incluso un aumento en los accidentes de tráfico, debido a la desincronización del reloj biológico.

El argumento del ahorro energético ha sido cuestionado en los últimos años. Con el uso generalizado de sistemas de climatización, iluminación LED y nuevas rutinas laborales, el impacto real en el consumo eléctrico es cada vez menor, lo que ha llevado a muchos expertos y ciudadanos a preguntarse si el cambio sigue teniendo sentido.

A nivel político, la Unión Europea ha debatido en varias ocasiones la posibilidad de eliminar el cambio de hora, permitiendo que cada país elija un horario fijo.

Aunque hubo avances en esa dirección, no se ha alcanzado un consenso definitivo, lo que mantiene vigente esta práctica y alimenta el debate público cada año.