

Según una encuesta de la National Sleep Foundation, el 91% de las personas cambia sus sábanas cada dos semanas. Aunque esta práctica es común, muchos especialistas en salud del sueño e higiene personal aseguran que no es suficiente.
En ese contexto, el portal médico Healthine ha explicado que dormir sobre ropa de cama que no se limpia con regularidad puede exponer al cuerpo a residuos invisibles que se acumulan con el tiempo: células muertas, transpiración, secreciones corporales y polvo ambiental.
Es por eso, que aunque el hábito decambiar las sábanas cada dos semanas es muy común, distintos estudios e investigaciones advierten que esta frecuencia puede no ser suficiente para evitar la acumulación de microorganismos.
Cambio de sábanas: cuáles son las consecuencias de no limpiarlas con regularidad
Los especialistas han asegurado que las sábanas sucias no solo afectan la higiene: pueden tener un impacto real en la salud. El polvo, las bacterias y los hongos que se acumulan con el tiempo son desencadenantes comunes de alergias, asma, eccema e irritaciones de la piel.

Además, pueden generar malos olores, sensación de picazón o congestión nasal al despertar. Dormir sobre telas contaminadas interrumpe el descanso y puede empeorar afecciones respiratorias o dermatológicas preexistentes.
En casos más extremos, la falta de higiene en la ropa de cama puede facilitar infecciones por contacto o la aparición de hongos en la piel, sobre todo si hay heridas abiertas o se duerme en ambientes húmedos sin ventilación.
Cambio de sábanas: cada cuánto recomiendan renovarlas
Hay situaciones en las que conviene aumentar la frecuencia del lavado: si se sufre de alergias o asma, si se duerme con una mascota, si se transpira en exceso o si se duerme sin ropa. También es recomendable cambiar las sábanas con más frecuencia si se come en la cama o se va a dormir sin ducharse.
De ese modo, la recomendación más frecuente de los expertos es lavarlasuna vez por semana, especialmente si se busca reducir el riesgo de alergias, irritaciones en la piel y otros problemas respiratorios. Las sábanas limpias no solo promueven un entorno saludable, sino también un descanso más reparador.
Cambio de sábanas: cuidados básicos para prolongar la limpieza
Para que las sábanas se mantengan limpias por más tiempo, es fundamental bañarse antes de dormir y evitar acostarse con restos de maquillaje, cremas o transpiración. La higiene personal influye directamente en la del entorno de descanso.

También es recomendable no comer ni beber en la cama, ya que las migas, bebidas y residuos orgánicos son un imán para bacterias. Otro hábito saludable es mantener a las mascotas alejadas de la cama o usar cobertores exclusivos para ellas.
Por último, recomiendan lavarlas con agua caliente, detergente suave y ciclos completos de secado, que ayudan a eliminar gérmenes en profundidad. Plancharlas, aunque opcional, también suma: el calor adicional actúa como desinfectante natural y mejora la textura de la tela.
















