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En el último tiempo se ha hablado mucho sobre la posibilidad de que la Dirección General de Tráfico (DGT) no les renueve el carnet a las personas mayores de 65 años. A pesar de esto, el organismo liderado por Pere Navarro no ha hecho cambios sustanciales para sostener ese cambio.

Actualmente, el trámite del permiso para personas de la tercera edad no es mucho más diferente que el del resto de la población. A excepción de los mayores de 70, quienes no deben pagar para obtener su renovación, el mecanismo es virtualmente el mismo. La única gran diferencia es que sólo se puede obtener por cinco años.

Sin embargo, existe una condición por la cual ese período se puede reducir aún más, o incluso convertirse en el impedimento para una renovación. Y esto alcanza a cualquier persona que esté buscando renovar el registro o sacarlo por primera vez, no importa la edad.

El motivo por el cual la DGT no puede renovarte el carnet

Para reducir al mínimo los siniestros viales, la DGT ha emitido un listado de enfermedades que, en principio, inhabilitarían a los afectados para obtener o renovar el permiso de conducir. Aquellos que padezcan estas afecciones sólo podrán hacerlo si presentan un certificado médico que avale su capacidad para conducir.

En su publicación, Tráfico ha indicado que diversos estudios científicos corroboran que los conductores que padecen las afecciones mencionadas tienen una probabilidad más alta de verse involucrados en accidentes.

Al organismo le preocupa las condiciones vinculadas a los trastornos mentales y la demencia. Y es que, el peligro de que un conductor de edad avanzada con síntomas tempranos de esta patología incurra en una infracción o partícipe en un accidente es de 2,5 a 8 veces superior al de individuos sin estas condiciones.

Enfermedades incompatibles según la DGT

Dentro de las afecciones respiratorias que restringen la habilidad para conducir, la DGT señala la apnea del sueño y la disnea constante ya sea en reposo o con un ligero esfuerzo. Este último trastorno impide al individuo renovar su licencia de conducir.

Aquellos con trasplante renal o que se sometan a diálisis por nefropatía deben estar bajo estrecho control médico. Las situaciones de pérdida de conciencia y crisis son incompatibles con la conducción, dando especial atención a la epilepsia y al accidente isquémico transitorio.

En relación a las enfermedades vasculares, tanto la disección como el aneurisma de grandes arterias exigen una renovación más frecuente del permiso de conducir, siempre y cuando cuenten con la autorización del médico especializado. Similar tratamiento tiene aquellos con trastornos oncohemáticos y con patologías oncológicas.

Afecciones como el hipotiroidismo, paratiroides y los pacientes insulinodependientes también enfrentan restricciones en la renovación de su licencia según el progreso de su enfermedad. Quienes presentan arritmias, infartos recientes o lleven marcapasos, válvulas protésicas o desfibriladores automáticos necesitan una supervisión médica constante para renovar su licencia.

Respecto a las patologías psiquiátricas, solo se permite conducir a quienes tengan trastornos leves y posean un certificado médico positivo, excluyendo a aquellos con demencia, ansiedad, trastornos de personalidad, alteraciones del sueño, depresión, TOC, TDAH, trastornos del desarrollo cognitivo o adicciones al alcohol y drogas.

Por último, otras enfermedades que no son compatibles con la conducción incluyen el Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), temblor primario, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), distrofia muscular, osteoporosis, Parkinson o artritis reumatoide.

¿Puede la DGT poner multas por tener una enfermedad?

Que se diagnostique una enfermedad no significa que el conductor esté automáticamente inhabilitado para conducir. Según la DGT, la capacidad para hacerlo se determinará según el avance de la enfermedad y el estado físico del paciente.

Es esencial que el conductor sea examinado con regularidad, incluso con una periodicidad superior a la del resto de conductores. No obstante, si el individuo decide conducir teniendo un certificado médico desfavorable, podría enfrentarse a sanciones que llegan hasta los 6000 euros.