Adiós calvicie: el secreto de los japoneses para no perder el cabello y tener vitalidad eterna
España se llevo el primer puesto en el ranking de países con mayores problemas capilares y hay una polémica solución entre los secretos japones.
En medio de la creciente controversia global por la caza de ballenas, Hideki Tokoro, director de la principal cooperativa ballenera de Japón, ha revelado un secreto que ha desatado debate: según él, el consumo de carne de ballena no solo es nutritivo, sino que también puede prevenir la calvicie.
La calvicie es una de las mayores preocupaciones estéticas de los hombres desde que son muy jóvenes, afecta a millones en el mundo y España lidera entre los países con el porcentaje de hombres calvos.
La compañía especializada en tratamientos contra la caída del cabello, Medihair, reveló que hasta un 44,50% de los hombres españoles presentará a lo largo de su vida algún patrón de calvicie, lo que lo convierte en el país con más calvos del mundo.
Para tratar la calvicie existen muchos métodos, medicamentos y recomendaciones ancestrales que buscan dar solución a una de las mayores preocupaciones masculinas. En ese sentido, resalta una polémica solución que antes se escuchaba en boca de las abuelas japonesas.
Adiós calvicie: el polémico secreto de los abuelos japoneses para no perder cabello y mantener la vitalidad
Durante una rueda de prensa en Tokio, Tokoro afirmó que "la carne de ballena es deliciosa, rejuvenece y ayuda a prevenir la pérdida de cabello". Aunque en Japón es común ver a personas mayores conservando una cabellera saludable, la relación con la carne de ballena parece estar más ligada a la tradición que a la ciencia moderna.
De hecho, el consumo de carne de ballena en Japón ha caído drásticamente en las últimas décadas. En los años 60, se consumían cerca de 200.000 toneladas al año, pero hoy en día la cifra apenas alcanza entre 1000 y 2000 toneladas, lo que representa menos del 1% del consumo anterior.
Tokoro, quien también lidera la ballenera Kyodo Senpaku Kaisha, evocó la posguerra en Japón, cuando "la gente comía ballena con arroz y se mantenía en forma". Además, destacó que en aquel entonces el país vivía un rápido crecimiento económico, insinuando que la dieta de esa época, incluida la carne de ballena, podría haber contribuido a la salud y vitalidad de la población.
Sin embargo, atribuir la falta de calvicie en los japoneses a este alimento plantea dudas, especialmente cuando el consumo es tan bajo hoy en día. Según el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, cada habitante del país consume unos 16 gramos de carne de ballena al año.
La polémica por la caza de ballenas: un conflicto que excede fronteras
Además del supuesto beneficio contra la calvicie, la caza de ballenas sigue siendo un tema polémico en Japón y en el resto del mundo. Prohibida en gran parte del planeta desde 1986, Japón ha justificado la reanudación de la caza comercial en 2019 bajo la bandera de la "tradición y seguridad alimentaria".
Tokoro defendió esta práctica, subrayando que los productos derivados de la ballena no solo se utilizan en la alimentación, sino también en la fabricación de cosméticos, aceites y suplementos alimenticios.
No obstante, Japón no está solo en esta controversia. Noruega, Islandia y algunos territorios autónomos como Groenlandia y Alaska también continúan con la captura de cetáceos, aunque en cifras menores. Solo en 2023, Japón cazó 294 ballenas, según la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés).
En España, la venta de carne de ballena está prohibida debido a las regulaciones internacionales que protegen a estos mamíferos marinos. La prohibición se basa en las restricciones impuestas por la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, en la cual muchos países, incluidos los de la Unión Europea, han firmado para proteger a las especies de ballenas.
La defensa de Tokoro también incluyó críticas hacia el activista medioambiental Paul Watson, fundador de Sea Shepherd, quien ha sido uno de los principales opositores a la caza de ballenas.
Japón emitió una orden de arresto internacional contra Watson por su participación en un incidente en 2010, en el que supuestamente atacó un ballenero japonés. La controversia ha escalado, y tras la reciente detención de Watson en Groenlandia, sus abogados han denunciado la persecución del activista.